El pecado en la razón filosófica: el escandalo que defiende el cristianismo contra la tesis filosófica de la ignorancia a partir del pensamiento de Kierkegaard
A partir de Kierkegaard, se analiza reflexivamente las críticas del cristianismo a la filosofía por negar el pecado, por desaparecer la contradicción que, éticamente, responsabiliza al hombre de convertir las verdades de razón en no-verdad. La filosofía lo niega con la explicación de la ignorancia o...
- Autores:
-
Martinez Gomez, Magdiel
- Tipo de recurso:
- http://purl.org/coar/version/c_b1a7d7d4d402bcce
- Fecha de publicación:
- 2017
- Institución:
- Universidad Industrial de Santander
- Repositorio:
- Repositorio UIS
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:noesis.uis.edu.co:20.500.14071/36265
- Palabra clave:
- Pecado
Comprensión
Ignorancia
Voluntad
Ética.
Sin
Understanding
Ignorance
Will
Ethics.
- Rights
- License
- Attribution-NonCommercial 4.0 International (CC BY-NC 4.0)
Summary: | A partir de Kierkegaard, se analiza reflexivamente las críticas del cristianismo a la filosofía por negar el pecado, por desaparecer la contradicción que, éticamente, responsabiliza al hombre de convertir las verdades de razón en no-verdad. La filosofía lo niega con la explicación de la ignorancia o la falta de comprensión. No obstante, el cristianismo posiciona otra vez el pecado porque no lo considera falta de comprensión sino un problema de libre voluntad; es decir, al pecado se llega por la angustia de una decisión que comprende muy bien lo que sabe. Para sostener esta tesis, el pecado se sitúa en la voluntad, en un concepto procedente de la relación libre, contradictoria, que mantienen razón y acción. El cristianismo dice que incluso con el detalle de la comprensión el hombre peca y puede pecar; la razón, que tanto ha sido idolatrada en el quehacer filosófico, no es el elemento decisivo de la vida; lo decisivo está en aquel instante donde la comprensión tiene que luchar frente a la voluntad en el mundo real. Infortunadamente, las verdades racionales han perdido y pueden continuar su perdida contra la voluntad; es decir, contra el puede seductor de la posibilidad. La ironía del pecado es comprender que no se debe y, pese a esto, se puede. |
---|