El lugar de la palabra

Nadie es profeta en su tierra - Este dicho popular llega a nosotros desde tiempos lejanos, y representa a su manera la creencia de que para obtener el éxito, es necesario partir del lugar de origen, explorar el mundo y construir su historia lejos de la raíz, sin embargo, ¿no es esto acaso un mito?,...

Full description

Autores:
Tipo de recurso:
Trabajo de grado de pregrado
Fecha de publicación:
2010
Institución:
Universidad Distrital Francisco José de Caldas
Repositorio:
RIUD: repositorio U. Distrital
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.udistrital.edu.co:11349/888
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/11349/888
Palabra clave:
Perse, Saint-Jhon, 1887-1975 - Crítica e interpretación
Poesía francesa
Educación artística
Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Educación Artística - Tesis y disertaciones académicas
Rights
License
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional
Description
Summary:Nadie es profeta en su tierra - Este dicho popular llega a nosotros desde tiempos lejanos, y representa a su manera la creencia de que para obtener el éxito, es necesario partir del lugar de origen, explorar el mundo y construir su historia lejos de la raíz, sin embargo, ¿no es esto acaso un mito?, nos debemos al contexto, al entorno, somos una inversión de la sociedad en el tiempo, quién más sino el individuo en cuestión, puede ubicar el norte del territorio que conoce, las coordenadas precisas donde posiblemente trasciendan los pasos. Conocemos la historia de ese Conquistador Mongol, raptor de un pájaro en su nido, y del nido en su árbol, que recogía con el pájaro, y su nido y su canto, todo el árbol natal mismo, asido en su sitio, con su pueblo de raíces, su mota de tierra y su margen de terruño, todo su retazo de territorio inmueble evocador de baldío, de provincia, de comarca de imperio. Saint Jhon Perse. Ahora bien, iniciemos esta reflexión a manera de conversación, a partir del fragmento anterior, de la versión castellana que Jorge Zalamea escribe de un manuscrito original del poeta persa Saint Jhon Perse, el título de este manuscrito es: Pájaros, retomemos pues la imagen del Conquistador Mongol, que obtiene la mirada de un fragmento del universo con el rapto que ha hecho a este pájaro. Ignoramos la especie del pájaro, o el nombre del árbol del cual se desprenden las raíces que se aferran a un pedazo de tierra que bien podría tener también un nombre, la singularidad del pájaro, de su nido, del árbol que acoge el nido y del terruño que lo sostiene, están ahora en manos del captor, podemos pensar que por más definitiva que resulte la situación de la captura del ave, difícilmente, el Conquistador Mongol logrará hacerse poseedor del universo entero del pájaro, único dueño, de las experiencias obtenidas en su relación con el entorno, con el árbol, con el conocimiento del desarrollo vital del árbol y su terruño.