Estado, constitución y crisis política

Parece necesario reafirmar aquí el extraordinario valor e importancia histórica que posee en sus características intrínsecas el proyecto constitucional de 1991. En él se introducen los elementos propios de la más ideal forma de organización constitucional dentro de los principios de una sociedad y d...

Full description

Autores:
Restrepo Riaza, William
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
1992
Institución:
Universidad de Antioquia
Repositorio:
Repositorio UdeA
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:bibliotecadigital.udea.edu.co:10495/32287
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/10495/32287
Palabra clave:
Estado
Sistema político
Constitución
Bipartidismo
Modernización del Estado
Constitución del 1991 - Colombia
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 Colombia
Description
Summary:Parece necesario reafirmar aquí el extraordinario valor e importancia histórica que posee en sus características intrínsecas el proyecto constitucional de 1991. En él se introducen los elementos propios de la más ideal forma de organización constitucional dentro de los principios de una sociedad y de un Estado Social de Derecho de asiento puramente democrático. Tal vez, en vez de faltarle algo a este extraordinario catalogo político, parece sobrarle precisamente las exageraciones y disposiciones que prácticamente desbordan la realidad de nuestra limitada y conflictiva sociedad. Al buscar el punto ideal de convergencia entre Constitución y realidad, se puede concluir que los valores positivos de la Constitución, por su propia magnitud y por su pretensión de gran alcance, aparecen tan distantes y ajenos a la realidad, que se podría afirmar que una, la Constitución, y otra, la realidad, son dos partes de los distintos y ajenos espacios históricos. Es paradójico que un país que siente y exige la necesidad de una transformación de su sistema político concreto, de sus instituciones y reglas de juego y, un cambio profundo en la concepción y practica de lo político, se muestre tan alejado y sacudido por la nueva realidad constitucional, que lo desborda hasta el punto extremo en que al margen de la Constitución, el país sigue funcionando bajo la vigencia de la Constitución del 86.