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RESUMEN : ¿Qué sería de mí sin los acontecimientos de mi pasado, sin las experiencias fundamentales de mi yo actual, las cuales muy seguramente serán el pilar de ese yo futuro? Mis intereses conceptuales han sido fluctuantes, cambiantes y espontáneos pero de algún modo dan cuenta de todo lo que hace...

Full description

Autores:
Gil Valderrama, Johan Alexander
Tipo de recurso:
Trabajo de grado de pregrado
Fecha de publicación:
2020
Institución:
Universidad de Antioquia
Repositorio:
Repositorio UdeA
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:bibliotecadigital.udea.edu.co:10495/17926
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/10495/17926
Palabra clave:
Art
Virtual reality in art
Electronics in art
Tiempo
Time
http://id.loc.gov/authorities/subjects/sh85007461
http://id.loc.gov/authorities/subjects/sh98000048
http://id.loc.gov/authorities/subjects/sh97000146
http://vocabularies.unesco.org/thesaurus/concept155
Rights
openAccess
License
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/co/
Description
Summary:RESUMEN : ¿Qué sería de mí sin los acontecimientos de mi pasado, sin las experiencias fundamentales de mi yo actual, las cuales muy seguramente serán el pilar de ese yo futuro? Mis intereses conceptuales han sido fluctuantes, cambiantes y espontáneos pero de algún modo dan cuenta de todo lo que hace parte de mí, han sido la base del objetivo presente y muy claramente hablan de mi historia. Mi proceso inició con la pregunta por la rutina diaria, donde las jornadas parecían ser repetidas, pero de algún modo tampoco contaba con la posibilidad de cambiarlo, tal vez producto de la misma decisión de no hacerlo por aceptación. Entiendo mi condición laboral como un contrato social que permite cosas a las cuales no estaba dispuesto a renunciar, de la mano de llevar a cabo actividades laborales vinculadas con mis gustos. Es difícil hablar de una rutina sin vincular el tiempo, sin hablar del ciclo, sin estar definida la noción de pasado, presente y futuro, y es de esta forma donde surge la indagación alrededor del tiempo. Tenía claro como un contrato laboral con una empresa es en resumidas cuentas un intercambio de tiempo por dinero, y desde esa posición surgen un mar de cuestionamientos ¿Hasta qué punto todos los trabajos dignifican al hombre? ¿El control del tiempo es acaso una forma de sometimiento? ¿Podríamos hablar de estructuras de poder? ¿No es el tiempo nuestra energía vital? ¿Cuánto tiempo pierdo movilizándose para trabajar, haciendo una fila o esperando un turno, entendiendo que ese tiempo no me lo retribuyen? Es así como de algún modo ese intercambio de tiempo demanda el sacrificio de otras cosas. Hoy es común en mí el pensamiento “no tengo tiempo por perder” y en coherencia con eso, esas batallas épicas detonadas por un fragmento de plastilina parecen haber desaparecido. No puedo hablar de tiempo sin pensar en aquellas actividades de niño, donde fantasear, soñar e imaginar parecían actos inofensivos, inocentes y con toda seguridad menos preciada. Pero el día de hoy es difícil pretender recuperar esos espacios, porque además estoy seguro de como mis intereses y prioridades cambiaron en comparación con las de aquel entonces, y hoy por el contrario, son mucho más racionales, prácticos y mecanizados. Llegar a esa reflexión sobre el tiempo no fue fortuito. Enfrentarse a las Artes Plásticas después de haber tenido una formación en Ingeniería de Diseño de Producto, ya es de por si un choque por la compleja relacion de las humanidades con las ciencias exactas. Es hablar de dos oficios direccionados en caminos distintos. En la actualidad trabajo en una compañía, la cual paga por mi tiempo, donde mi objetivo día a día es la solución de problemas. De esta forma por un lado me enfrento a la necesidad constante de ser productivo y asertivo, de encontrar las mejores soluciones en el menor tiempo posible, dando especial cuidado al funcionamiento del producto. Y por otro lado encuentro en las artes un lugar donde las derivas, las reflexiones, la irreverencia, y la crítica habitan, despojando de toda funcionalidad al objeto. Todo lo anterior solo es el testimonio de las condiciones implícitas al participar de la sociedad. Pero como seres sociales nos vemos motivados por la necesidad de encajar en esa colectividad que habitamos, y en ocasiones dejamos pasar por alto las repercusiones. Estamos en una sociedad acelerada, liquida y fluctuante, interconectada en sí misma y con una alta capacidad de propagación de la información, y de algún modo estos fenómenos están cambiando la forma en la cual el sujeto define su existencia.