Arquitectura moderna en El Salvador (1950-1980): una interpretación de dos tendencias

Entre 1950 y 1980, la arquitectura moderna en El Salvador se consolidó y produjo algunas de sus obras más emblemáticas a través de dos tendencias. La primera puede denominarse racionalista estructural, y se fundamentó en las cualidades del hormigón armado, así como en el desarrollo de envolventes pa...

Full description

Autores:
Ferrufino-Martínez, Carlos Ernesto
Tipo de recurso:
Article of investigation
Fecha de publicación:
2023
Institución:
Universidad Católica de Colombia
Repositorio:
RIUCaC - Repositorio U. Católica
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.ucatolica.edu.co:10983/28982
Acceso en línea:
https://doi.org/10.14718/RevArq.2023.25.4139
Palabra clave:
concrete
cultural identity
modernization
organic architecture
rationalism
arquitectura orgánica
hormigón
identidad cultural
modenización
racionalismo
Rights
openAccess
License
Carlos Ernesto Ferrufino-Martínez - 2022
Description
Summary:Entre 1950 y 1980, la arquitectura moderna en El Salvador se consolidó y produjo algunas de sus obras más emblemáticas a través de dos tendencias. La primera puede denominarse racionalista estructural, y se fundamentó en las cualidades del hormigón armado, así como en el desarrollo de envolventes para la protección solar, cáscaras, paraboloides y la integración plástica de murales y otros elementos artísticos. La segunda fue la orgánica, interesada en la recuperación de lo vernáculo y la integración a la naturaleza a través de un lenguaje wrightiano, el paisajismo y el desarrollo de geometrías más complejas. Estas aproximaciones diferenciadas develaron una gradual dinámica de adaptación del lenguaje moderno a las condiciones particulares del país, en términos ambientales y tecnológicos. También evidenciaron la permeabilidad a la influencia internacional a través del trabajo de extranjeros y de salvadoreños formados en el exterior. Finalmente, sobresalió el papel protagónico del Estado como promotor de la arquitectura moderna. Todo ello puso en valor un ejercicio de asimilación consciente de la Modernidad que, sin embargo, no alcanzó a establecer un diálogo con los códigos mundiales y latinoamericanos, lo que sigue siendo una tarea pendiente para la práctica contemporánea.