Negociaciones con las FARC: se rompe la cadena de fracasos

Con el surgimiento de los grupos guerrilleros y su permanencia en el tiempo como actor incidente en el conflicto armado interno, surge la necesidad de que el Estado le ponga fin a las actividades de los grupos insurgentes por medio de salidas negociadas. En ese sentido, la historia evidencia que des...

Full description

Autores:
Vargas-Laverde, Andrea Carolina
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
2019
Institución:
Universidad Católica de Colombia
Repositorio:
RIUCaC - Repositorio U. Católica
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.ucatolica.edu.co:10983/25175
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/10983/25175
Palabra clave:
GUERRILLEROS - COLOMBIA
PAZ - COLOMBIA
CONFLICTO ARMADO
PROCESO DE PAZ
FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA
NEGOCIACIONES
MOVIMIENTOS SOCIALES
Rights
openAccess
License
Derechos Reservados - Universidad Católica de Colombia, 2019
Description
Summary:Con el surgimiento de los grupos guerrilleros y su permanencia en el tiempo como actor incidente en el conflicto armado interno, surge la necesidad de que el Estado le ponga fin a las actividades de los grupos insurgentes por medio de salidas negociadas. En ese sentido, la historia evidencia que desde 1981 se abre la puerta del diálogo con el propósito de acabar la confrontación armada. Con el presidente de la época, el liberal Julio César Turbay Ayala, se iniciaron acercamientos con los líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sin obtener un resultado favorable. Desde ese momento transcurrieron aproximadamente tres décadas, que dejaron un sinnúmero de experiencias de procesos fracasados, poniendo de presente la falta de confianza que surgía por el incumplimiento de alguna de las partes (Estado o FARC) con respecto a los presupuestos acordados, lo que conllevaba a la terminación fallida del proceso. Hasta 2012, después de una década en la que no se produjeron acercamientos entre el Gobierno y las FARC, se inicia un nuevo proceso que tuvo como sede La Habana (Cuba), en donde líderes de cada una de las partes se sentaron por cuatro años para llegar a un consenso de seis puntos que pondría fin al conflicto armado interno entre estos dos actores. Sin embargo, como era de esperarse, la confianza en el proceso se vio debilitada, no porque alguna de las partes haya incumplido esta vez; sino porque el pueblo colombiano, apático al proceso, no le dio importancia y decidió no respaldarlo.