¿Hay instancias válidas de la falacia de afirmación del consecuente?

Massey plantea que no hay ningún tipo de teoría tras el tratamiento estándar de las falacias. Sin embargo, él  acepta que el caso de las denominadas falacias formales podría falsar este argumento. Debido a que las  falacias formales corresponden a patrones inválidos de argu...

Full description

Autores:
García Duque, Carlos Emilio
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
2011
Institución:
Universidad de Caldas
Repositorio:
Repositorio U. de Caldas
Idioma:
eng
OAI Identifier:
oai:repositorio.ucaldas.edu.co:ucaldas/14930
Acceso en línea:
https://revistasojs.ucaldas.edu.co/index.php/discusionesfilosoficas/article/view/617
Palabra clave:
Affirmation of the consequent
fallacy
validity
invalidity
Massey
Afirmación del consecuente
falacia
validez
invalidez
Massey
Rights
openAccess
License
Derechos de autor 2011 Discusiones Filosóficas
Description
Summary:Massey plantea que no hay ningún tipo de teoría tras el tratamiento estándar de las falacias. Sin embargo, él  acepta que el caso de las denominadas falacias formales podría falsar este argumento. Debido a que las  falacias formales corresponden a patrones inválidos de argumentación, proscritos por la teoría lógica, él se  propone demostrar que, a pesar de todo, tales patrones pueden producir argumentos validos. Para sacar su  punto de vista adelante, Massey elige la conocida falacia de “afirmación del consecuente”, y proporciona un  ejemplo de ella que supuestamente confirmaría su controversial planteamiento. El punto principal que  subyace a su tesis es que, mientras las pruebas de validez de argumentos se pueden considerar definitivas y  se les puede atribuir legitimidad teórica, las pruebas de invalidez de argumentos no caen bajo ninguna de  estas dos propiedades. En el presente artículo presento un desafío al ejemplo que nos ofrece Massey por  medio de un argumento que instancia el patrón conocido como falacia de “afirmación del consecuente” y,  sin embargo, es válido. Sostendré que su ejemplo no constituye un caso genuino de afirmación del  consecuente, y que en realidad, se trata de un simple argumento fingido sobre el que el autor ha ejecutado  un truco.