Violencia de género: Desafíos y Reflexiones en relación al retorno a la presencialidad
A lo largo de los últimos 3 años, la pandemia por Covid-19 forzó un aislamiento en pro de evitar el contagio, sin embargo, para algunas personas el confinamiento implicó una serie de retos, cambios y nuevas dinámicas tales como la sensación de no seguridad en espacios públicos y privados, lo que con...
- Autores:
- Tipo de recurso:
- Article of journal
- Fecha de publicación:
- 2023
- Institución:
- Universidad Antonio Nariño
- Repositorio:
- Repositorio UAN
- Idioma:
- OAI Identifier:
- oai:repositorio.uan.edu.co:123456789/10365
- Acceso en línea:
- https://revistas.uan.edu.co/index.php/hilo_analitico/article/view/1418
https://repositorio.uan.edu.co/handle/123456789/10365
- Palabra clave:
- Violencia de Género
Covid - 19
Presencialidad
- Rights
- License
- https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0
Summary: | A lo largo de los últimos 3 años, la pandemia por Covid-19 forzó un aislamiento en pro de evitar el contagio, sin embargo, para algunas personas el confinamiento implicó una serie de retos, cambios y nuevas dinámicas tales como la sensación de no seguridad en espacios públicos y privados, lo que con el tiempo se tradujo en consecuencias negativas para la salud física y psicológica que sumadas a la crisis económica en Colombia y el desempleo, reflejaron el impacto de la pandemia, poniendo el foco sobre quienes se vieron más afectadas por la contingencia, las mujeres (Corporación SISMA, 2021). Teniendo en cuenta el número de horas que implica un empleo a tiempo completo, cuidado no remunerado (labores domésticas), acompañamiento a nivel educativo de sus hijos, entre otros, llevaron consigo un desgaste físico, psicológico y emocional. Ese aislamiento también ofreció instantes de paz, de silencio, de calma, de un espacio que no se veía necesario para todos, todas y todes. Sin embargo, fue (en mayor o menor medida) agobiante, angustiante, sofocante, pero también relajante y emocionante porque sin el poder del “qué dirán” y dejar de verse bien o agradar a través del físico pensando en los otros fue la oportunidad que la virtualidad dio, el redescubrirse a través de los propios ojos, la individualidad y la empatía que genuinamente emergía de preocupaciones o ansiedades que se compartían. Es por eso que muchos pronosticaron que volver a la presencialidad sería un problema debido a cuestiones de diversa índole como la salud mental, situaciones sociales y emocionales, agregado a la falta de una perspectiva de género. Ante esta última, el regreso a la presencialidad propone una dicotomía. Si bien el objetivo durante la pandemia era salir de ella y retornar a la normalidad, ahora que ese tiempo ha llegado, el final de las cuarentenas ha dejado la proliferación y diversificación de las violencias de género. |
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