El imaginario social de los profesores de la Institución Educativa Villa Elisa, sede B, frente a la actividad física

Durante los últimos años, han estado resurgiendo las relaciones entre la actividad física y la salud. Dicho resurgimiento ha sido motivado, en gran medida, por el incremento de los casos de enfermedades cardiovasculares. Tal incremento, además, ha impulsado el apoyo recibido por la medicina preventi...

Full description

Autores:
Rincón Espitia, Edwin Danilo
Tipo de recurso:
Masters Thesis
Fecha de publicación:
2016
Institución:
Universidad Santo Tomás
Repositorio:
Universidad Santo Tomás
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.usta.edu.co:11634/4181
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/11634/4181
Palabra clave:
Inactividad física
Actividad física
Sedentarismo
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 Colombia
Description
Summary:Durante los últimos años, han estado resurgiendo las relaciones entre la actividad física y la salud. Dicho resurgimiento ha sido motivado, en gran medida, por el incremento de los casos de enfermedades cardiovasculares. Tal incremento, además, ha impulsado el apoyo recibido por la medicina preventiva, la cual, tiene por objetivo reducir los costos de la medicina tradicional curativa. Para ello, la medicina preventiva se vale de la extensión de un concepto más abierto y dinámico de lo que es la salud, enfocándose en la creación y promoción de ambientes y estilos de vida saludables con el propósito de formar en las personas la denominada “consciencia social de salud” (Crawford, año citado por Devís, 2007). En la actualidad, la inactividad física es un problema de salud pública a nivel mundial. La OMS (2014) indica que cada año mueren alrededor de 3.2 millones de personas por enfermedades vinculadas al sedentarismo. De igual forma, esta organización indica que la actividad física puede consistir en cualquier movimiento corporal que se produzca por la activación de los músculos esqueléticos, lo que conlleva al consumo de energía almacenada en el cuerpo. De esta forma, acciones como trabajar, jugar, viajar, realizar labores domésticas y recreativas implican la ejecución de actividad física. Frente a esta definición, se entiende que la inactividad física es la ausencia de movimientos corporales a causa de múltiples factores. Algunos de estos son: el desarrollo de actividades laborales y domésticas que exigen poco esfuerzo físico, el empleo del tiempo de ocio en actividades sedentarias y el uso de medios de transporte “pasivos”. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2014), la falta de actividad física está relacionada con la aparición de problemas como la hipertensión y los niveles elevados de azúcar en sangre. Además, a la inactividad física suelen asociarse a conductas nocivas como el consumo de tabaco. Por tales razones, se le atribuye a la falta de actividad física unos 3,2 millones de fallecimientos al año, el 6% del total de muertes anuales. Esta problemática es aún más preocupante si se considera que la OMS (2008), ha establecido que en el mundo el 31% de las personas – el 28% del total de hombres y el 34% del total de mujeres- de más de 15 años no realizan la suficiente actividad física. Ahora, cuando los datos se centran solo en países de altos ingresos, el sedentarismo aumenta hasta el 41% en el caso de los hombres y el 48% en el de las mujeres, más del doble que en los países en vías de desarrollo (18% para el caso de los hombres y 21% para el de las mujeres). Tales porcentajes de inactividad física se traducen en un mayor riesgo de muerte para las personas. Situación sumamente intrigante, si se considera que, según la OMS (2008), con tan solo 30 minutos de actividad física moderada diaria se puede reducir el riesgo de mortalidad entre un 20 y 30%. Ahora bien, es necesario tener en cuenta que en la actualidad las personas están inmersas desde muy corta edad en un mundo definido por la tecnología. Los juegos electrónicos, la televisión, las computadoras personales y la Internet han asumido un lugar de suma importancia en la vida de las personas y, particularmente, en la de los niños en edad escolar. El tiempo que se dedica a la interacción con estos elementos tecnológicos ha aumentado considerablemente en los últimos años. Lo cual, a su vez, ha conducido a la disminución del tiempo empleado para la realización de actividad física (Barr, Neumark y Wall, año citado por López, Serra y Ribeiro, 2015). Adicionalmente, se calcula que entre los años 2003 y 2004, el porcentaje de sobrepeso en la población de entre 2 y 19 años de edad era del 33, 6%, mientras que el porcentaje de obesidad en esta misma población rondaba el 17,1%. Debido a estos índices, se han propuesto políticas públicas enfocadas a disminuir la prevalencia y la incidencia del sobrepeso y la obesidad con el ánimo de reducir el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles, ECNT, (López, 2008).