Uso de metacaolín, vidrio reciclado y fibra óptica en la elaboración de un concreto translúcido

Los materiales utilizados en la construcción están día a día en constante evolución y transformación. En su diseño se emplean diferentes materias primas y agregados, que pretenden mejorar sus propiedades físicas, químicas y de durabilidad. Asimismo, se busca que estos nuevos materiales sean una alte...

Full description

Autores:
Franco Durán, Diana Marcela
Pérez Sánchez, Edwin
Cruz Hernández, Ricardo Alfredo
Tipo de recurso:
Fecha de publicación:
2014
Institución:
Universidad Santo Tomás
Repositorio:
Universidad Santo Tomás
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.usta.edu.co:11634/36090
Acceso en línea:
http://revistas.ustabuca.edu.co/index.php/ITECKNE/article/view/392
Palabra clave:
Rights
License
Copyright (c) 2018 ITECKNE
Description
Summary:Los materiales utilizados en la construcción están día a día en constante evolución y transformación. En su diseño se emplean diferentes materias primas y agregados, que pretenden mejorar sus propiedades físicas, químicas y de durabilidad. Asimismo, se busca que estos nuevos materiales sean una alternativa novedosa a nivel arquitectónico, disminuyan los costos y contribuyan con el medio ambiente. Se propone la creación de un concreto no estructural, modificado con metacaolín y que cuenta con características de translucidez, mediante la adición de vidrio reciclado y fibra óptica. El comportamiento físico-mecánico del material evaluado, a partir de los ensayos de compresión, flexión y tracción, presentó una reducción considerable en su resistencia, debido a la inclusión de fibras ópticas. La adición de una sustancia puzolánica como el metacaolín (MK) al cemento mejoró la resistencia a la reacción álcali-sílice, que comúnmente se presenta por el alto contenido de sílice reactiva del vidrio, contribuyendo a la durabilidad del concreto no estructural. La traslucidez fue medida a partir de los ensayos de transmitancia y espectrofotometría, dando como resultado un material traslúcido. La cantidad de luz que atraviesa los especímenes es suficiente para que el ojo humano la capte