Dolor y sufrimiento humano: lugar teológico en el que se manifiesta el misterio del amor divino.

Siendo una experiencia profundamente arraigada en el hombre, el dolor y el sufrimiento son realidades que podrían abordarse desde múltiples enfoques, más o menos científicos, de allí que se haga necesario definir brevemente los criterios que serán utilizados para este acercamiento. En primer lugar,...

Full description

Autores:
Montes Flórez, O.P. Fray Juan David
Tipo de recurso:
Trabajo de grado de pregrado
Fecha de publicación:
2016
Institución:
Universidad Santo Tomás
Repositorio:
Repositorio Institucional USTA
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.usta.edu.co:11634/9750
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/11634/9750
Palabra clave:
Teología
Filosofía
Sufrimiento humano
Amor divino
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 Colombia
Description
Summary:Siendo una experiencia profundamente arraigada en el hombre, el dolor y el sufrimiento son realidades que podrían abordarse desde múltiples enfoques, más o menos científicos, de allí que se haga necesario definir brevemente los criterios que serán utilizados para este acercamiento. En primer lugar, siendo el objeto del trabajo mismo adentrarse en la perspectiva bioética sobre el dolor y el sufrimiento, hemos considerado determinante acercarnos al problema en primer lugar desde las ciencias humanas fundantes para nuestra propia perspectiva creyente, se trata de adentrarse en lo que la filosofía y la teología afirman al respecto, no sin antes haber tratado de precisar la dimensión biológica de la experiencia del dolor. En segundo lugar se hará un breve excursos en los que se aterrizará el tema a la perspectiva bioética y a la que la Iglesia desde su Magisterio propone frente al dolor y al sufrimiento humano. Lo que el texto quiere presentar es que la Teología no justifica la existencia del mal pero sí brinda argumentos que desde la historia de la salvación nos permiten reconocer el porqué de los hechos, puesto que el sufrimiento, a pesar de pertenecer a la dimensión trascendental del hombre, no se desliga de la realidad en la que se encuentra inmerso. En este sentido el misterio del dolor humano puede constituirse en lugar privilegiado para comprender el misterio del amor divino, a tal punto que puede afirmarse, en una perspectiva creyente, que “Sin el sufrimiento de Cristo es locura tratar de entender el sufrimiento del hombre” (Polaino, 1993, p. 476).