El mensaje de la gracia. Vida de María y vocación de la Iglesia

El tema de este artículo es muy amplio y, por eso, necesita algunas precisiones. Se trata de repensar toda la soteriología cristiana, desde el punto de vista mariano y mariológico y, aunque no se explicita directamente, se trata de hacerlo en el contexto de nuestro tiempo y de la vida eclesial actua...

Full description

Autores:
Colzani, Gianni
Tipo de recurso:
Fecha de publicación:
2016
Institución:
Universidad Santo Tomás
Repositorio:
Repositorio Institucional USTA
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.usta.edu.co:11634/38920
Acceso en línea:
https://revistas.usantotomas.edu.co/index.php/albertus-magnus/article/view/2589
http://hdl.handle.net/11634/38920
Palabra clave:
Mariology
soteriology
church
grace.
Marilogía
soteriología
iglesia
gracia.
Rights
License
http://purl.org/coar/access_right/c_abf2
Description
Summary:El tema de este artículo es muy amplio y, por eso, necesita algunas precisiones. Se trata de repensar toda la soteriología cristiana, desde el punto de vista mariano y mariológico y, aunque no se explicita directamente, se trata de hacerlo en el contexto de nuestro tiempo y de la vida eclesial actual.Probablemente, a ninguna dimensión de la vida cristiana le interesa tan directamente la comprensión que las personas tienen de sí mismas en cuanto la soteriología, y; sin embargo, ningún otro aspecto de la fe resulta tan difícil y extraño al sentir común como el don de la salvación (Werbick, 1990)1. Para explicar este desinterés respecto a la soteriología cristiana, se deberían recordar muchos factores2, pero el punto decisivo se refiere a la interpretación de la vida ingenuamente atribuida a la concepción cristiana. No pocos interpretan la salvación cristiana basándola en un escenario oscuro y negativo, el de un mundo dominado por el pecado y por sus expresiones de violencia, maldad, injusticia, inmoralidad; por medio de los castigos y el don de la gracia, Dios educaría a la humanidad y la introduciría progresivamente en la vida que a Él le place.