Sobre educación y verdad

El punto de partida de la filosofía, como descubrió Aristóteles, es la admiración ante aquello que no sabemos explicarnos, ante un hecho que nos aparece como un jeroglífico, como un enigma, como un misterio: «aquellos que fueron los primeros en filosofar, y aquellos que aún hoy filosofan —afirma San...

Full description

Autores:
i Comas, Abel Miró
Tipo de recurso:
Fecha de publicación:
2019
Institución:
Universidad Santo Tomás
Repositorio:
Repositorio Institucional USTA
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.usta.edu.co:11634/41862
Acceso en línea:
https://revistas.usantotomas.edu.co/index.php/riiep/article/view/5190
http://hdl.handle.net/11634/41862
Palabra clave:
Rights
License
http://purl.org/coar/access_right/c_abf2
Description
Summary:El punto de partida de la filosofía, como descubrió Aristóteles, es la admiración ante aquello que no sabemos explicarnos, ante un hecho que nos aparece como un jeroglífico, como un enigma, como un misterio: «aquellos que fueron los primeros en filosofar, y aquellos que aún hoy filosofan —afirma Santo Tomás de Aquino en su comentario a la Metaphysica de Aristóteles— empiezan a filosofar movidos por la admiración de alguna causa [propter admirationem alicuius causae]». La capacidad de admirarse implica una indigencia, una negatividad; un sujeto se maravilla ante un efecto cuya causa ignora; entonces, impulsado por esta íntima experiencia, decide empezar a filosofar para «huir de la ignorancia».