The “Arab Spring Index”. Analyzing the democratization of the Tunisian Revolution through the Political Opportunity Theory.

Uno de los consensos de la política comparada se centra en la idea de que las elecciones y sus órganos reguladores son el corazón de la democracia representativa (Dahl, 1971; Schattschneider, 1942/1964). A través de estas instituciones los ciudadanos expresan sus preferencias para decidir quién o qu...

Full description

Autores:
Llumiquinga Vilatuña, Ana María
Tipo de recurso:
Part of book
Fecha de publicación:
2020
Institución:
Tecnológico de Antioquia
Repositorio:
Repositorio Tdea
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:dspace.tdea.edu.co:tdea/1187
Acceso en línea:
https://dspace.tdea.edu.co/handle/tdea/1187
Palabra clave:
Economía
Globalización
Organización y gestión
Rights
openAccess
License
https://tdea.edu.co/images/tdea/galeria/ebooks_sello_editorial/nuevas_logicas_globales.pdf
Description
Summary:Uno de los consensos de la política comparada se centra en la idea de que las elecciones y sus órganos reguladores son el corazón de la democracia representativa (Dahl, 1971; Schattschneider, 1942/1964). A través de estas instituciones los ciudadanos expresan sus preferencias para decidir quién o quiénes serán los titulares de los poderes Legislativo y Ejecutivo. En particular, respecto a las elecciones, tres son las funciones esenciales que cumplen: producir representación, producir gobierno y producir legitimidad (Anduiza y Bosch, 2012, p. 64; Vallés y Bosch, 1997, p. 16). Por su parte, la principal función de los órganos electorales es llevar a cabo procesos limpios, transparentes, justos y eficientes. Como bien lo ha precisado la teoría política en las últimas décadas, las elecciones (y sus órganos) son una condición necesaria, pero no suficiente, para definir un sistema político como democracia, hacerlo conllevaría una comprensión minimalista de ésta, en la cual el sujeto es el votante y no el ciudadano (Brenes, 2009, p. 1; Freidenberg, 2013, p. 18; O’Donnell, 2007, p.14). Sin ánimo de entrar en la riqueza del debate doctrinario, lo cierto es que en las democracias contemporáneas es central para el juego político el papel de las elecciones —libres, justas, competitivas, igualitarias, universales e imparciales— llevadas a cabo por instituciones igual de transparentes. No en vano, Gianfranco Pasquino (2014) insiste en recordar el carácter técnico que conlleva un proceso electoral y lo concibe como “una característica sustancial e ineludible sin la cual no se puede hablar de democracia … Si no se vota, si los representantes y gobernantes no son designados mediante procesos electorales, no tenemos democracia de ningún tipo” (p. 30). Igualmente, Romero (2016) recalca que las elecciones han procurado “enraizar la democracia y construir ciudadanía, ser simultáneamente el espacio donde se expresan de forma ordenada las divergencias sociopolíticas y el punto de encuentro de los ciudadanos” (p. 93). Por ello, el objetivo principal de este trabajo es responder a la siguiente pregunta de investigación: ¿la confianza política hacia las elecciones y órganos electorales en el último año de gobierno de Evo Morales se explica por la percepción de la situación económica o por el desempeño presidencial? Si bien en América Latina se ha producido una ola de investigaciones en torno a la confianza política, muy pocos trabajos han abordado el caso boliviano en los últimos años. En general destacan, entre otros, los trabajos de Alcántara (2012), Bargsted y Torcal (2015a; 2015b), Paramio (2015), Mair (2015), Palazuelos (2012) y Zovatto (2018). La mayoría de estos y otros trabajos brindan un análisis regional del tema, por eso es pertinente llevar a cabo estudios de caso, especialmente en países que han vivido recientes sobresaltos políticos. En este sentido, el caso boliviano llama la atención, ya que con la llegada de Evo Morales al poder se dio una reestructuración institucional radical, se fomentaron políticas expansivas del gasto y un mayor intervencionismo estatal. Asimismo, con el “primer presidente indígena” se alteraron las relaciones de poder, en términos fácticos, pero también en el imaginario y en lo simbólico. Cabe recordar que Morales, al igual que otros presidentes de la Marea Rosa, gozó de una gran aprobación ciudadana, ostentó amplios poderes institucionales recogidos en la Constitución y contó con amplias mayorías de su partido en el Legislativo. Esto permitió que el presidente gobernara sin problemas durante muchos años, siempre y cuando las rentas obtenidas por las materias primas hubiesen sido significativas (Campello, 2015; Levitsky y Roberts, 2011; Pogrebinschi, 2013). A partir del 2014, con la caída de los precios del petróleo los gobiernos progresistas de la Marea Rosa vieron tambalear sus proyectos políticos. En Bolivia, la crisis económica sacó a la luz ciertos problemas estructurales que se creían erradicados con la llegada de Morales. Por ello, en 2016, el pueblo no perdonó sus desatinos políticos ni económicos y el “No” ganó en un referéndum en el que se preguntaba a la ciudadanía si permitía la repostulación de Morales a las próximas elecciones. Desafiando la decisión popular e ignorando su espíritu plebiscitario, Morales acudió al órgano judicial (bajo su poder) para lograr ser candidato presidencial. El fin de esta trama política mostró que el pueblo, bajo ninguna condición, soporta o soportará comportamientos autoritarios de sus gobernantes. Comoanálisis regional del tema, por eso es pertinente llevar a cabo estudios de caso, especialmente en países que han vivido recientes sobresaltos políticos. En este sentido, el caso boliviano llama la atención, ya que con la llegada de Evo Morales al poder se dio una reestructuración institucional radical, se fomentaron políticas expansivas del gasto y un mayor intervencionismo estatal. Asimismo, con el “primer presidente indígena” se alteraron las relaciones de poder, en términos fácticos, pero también en el imaginario y en lo simbólico. Cabe recordar que Morales, al igual que otros presidentes de la Marea Rosa, gozó de una gran aprobación ciudadana, ostentó amplios poderes institucionales recogidos en la Constitución y contó con amplias mayorías de su partido en el Legislativo. Esto permitió que el presidente gobernara sin problemas durante muchos años, siempre y cuando las rentas obtenidas por las materias primas hubiesen sido significativas (Campello, 2015; Levitsky y Roberts, 2011; Pogrebinschi, 2013). A partir del 2014, con la caída de los precios del petróleo los gobiernos progresistas de la Marea Rosa vieron tambalear sus proyectos políticos. En Bolivia, la crisis económica sacó a la luz ciertos problemas estructurales que se creían erradicados con la llegada de Morales. Por ello, en 2016, el pueblo no perdonó sus desatinos políticos ni económicos y el “No” ganó en un referéndum en el que se preguntaba a la ciudadanía si permitía la repostulación de Morales a las próximas elecciones. Desafiando la decisión popular e ignorando su espíritu plebiscitario, Morales acudió al órgano judicial (bajo su poder) para lograr ser candidato presidencial. El fin de esta trama política mostró que el pueblo, bajo ninguna condición, soporta o soportará comportamientos autoritarios de sus gobernantes. Como análisis regional del tema, por eso es pertinente llevar a cabo estudios de caso, especialmente en países que han vivido recientes sobresaltos políticos. En este sentido, el caso boliviano llama la atención, ya que con la llegada de Evo Morales al poder se dio una reestructuración institucional radical, se fomentaron políticas expansivas del gasto y un mayor intervencionismo estatal. Asimismo, con el “primer presidente indígena” se alteraron las relaciones de poder, en términos fácticos, pero también en el imaginario y en lo simbólico. Cabe recordar que Morales, al igual que otros presidentes de la Marea Rosa, gozó de una gran aprobación ciudadana, ostentó amplios poderes institucionales recogidos en la Constitución y contó con amplias mayorías de su partido en el Legislativo. Esto permitió que el presidente gobernara sin problemas durante muchos años, siempre y cuando las rentas obtenidas por las materias primas hubiesen sido significativas (Campello, 2015; Levitsky y Roberts, 2011; Pogrebinschi, 2013). A partir del 2014, con la caída de los precios del petróleo los gobiernos progresistas de la Marea Rosa vieron tambalear sus proyectos políticos. En Bolivia, la crisis económica sacó a la luz ciertos problemas estructurales que se creían erradicados con la llegada de Morales. Por ello, en 2016, el pueblo no perdonó sus desatinos políticos ni económicos y el “No” ganó en un referéndum en el que se preguntaba a la ciudadanía si permitía la repostulación de Morales a las próximas elecciones. Desafiando la decisión popular e ignorando su espíritu plebiscitario, Morales acudió al órgano judicial (bajo su poder) para lograr ser candidato presidencial. El fin de esta trama política mostró que el pueblo, bajo ninguna condición, soporta o soportará comportamientos autoritarios de sus gobernantes. Como consecuencia, Morales, tras casi 14 años en el poder, tuvo que exiliarse, en medio de protestas y abandono popular (Basabe, 2017; Levitsky y Roberts, 2011; Stefanoni, 2020). Este estudio está estructurado de la siguiente manera. Primero, se realiza una revisión de la literatura sobre la confianza institucional, en la que se abordan, esencialmente, trabajos para América Latina. Segundo, se evalúa la confianza política a nivel regional en seis instituciones (procesos electorales, órganos electorales, poder Ejecutivo, poder Legislativo, poder Judicial y partidos políticos). A la par, se profundiza en dos de ellas a nivel de países. Tercero, se responde a la pregunta de investigación mediante la estimación de un modelo logit ordenado. Por último, se presentan los hallazgos de la investigación y se plantean conclusiones. Para realizar este análisis se utilizan los datos de la encuesta para Bolivia de la oleada 2018/2019, del Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP) de la Universidad de Vanderbilt.