Las Formas Musicales y su Manifestación Como Voluntad en Schopenhauer
El estudio de la música a la luz de la filosofía, posiblemente surja bajo la necesidad de comprender por qué hacer y escuchar música ha sido un factor tan importante en el desarrollo del pensamiento humano. La obligación de intentar dar una respuesta a este cuestionamiento conduce al encuentro con g...
- Autores:
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Rojas Llanos, Camilo Andrés
- Tipo de recurso:
- Trabajo de grado de pregrado
- Fecha de publicación:
- 2019
- Institución:
- Universidad Libre
- Repositorio:
- RIU - Repositorio Institucional UniLibre
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repository.unilibre.edu.co:10901/17698
- Acceso en línea:
- https://hdl.handle.net/10901/17698
- Palabra clave:
- Música
Filosofía
Pensamiento humano
Music as feeling
Music as a message
Musical forms
Music as will
Música -- Filosofía
Estetica musical
Arte y filosofía
Filosofía moderna
Música como sentimiento
Música como mensaje
Formas musicales
Música como voluntad
- Rights
- openAccess
- License
- http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/co/
Summary: | El estudio de la música a la luz de la filosofía, posiblemente surja bajo la necesidad de comprender por qué hacer y escuchar música ha sido un factor tan importante en el desarrollo del pensamiento humano. La obligación de intentar dar una respuesta a este cuestionamiento conduce al encuentro con grandes pensadores como Platón, Nietzsche y Adorno (entre otros muchos), todos preocupados por interrogar el papel que juega este arte en los cuestionamientos filosóficos a propósito de la humanidad -y la vida en todas sus manifestaciones- en cada uno de sus períodos históricos, realizando aportes grandiosos a la relación entre la música y la filosofía. Sin embargo, considero que Schopenhauer es quien más se acerca a una repuesta definitiva a tal pregunta, pues en sus pensamientos sobre la organización jerárquica de las artes la dota de características eidéticas, las cuales, además de darle prioridad sobre el resto de las artes, la convierten en un medio para comprender el actuar y superar el dolor de la existencia humana. Tal vínculo delimita el enfoque de este trabajo a partir de una comprensión del nexo entre la música y el concepto de voluntad en el libro El mundo como voluntad y representación (1818) del pensador alemán Arthur Schopenhauer. Debido a que tras la lectura del libro tercero de esta obra podemos notar que el autor no tiene en cuenta ni las diferentes maneras en la que la música se puede manifestar no el cómo estas influyen en la relación con el concepto de voluntad, se establece como objetivo principal, del presente trabajo, el intentar vislumbrar qué entendía Schopenhauer por música e incorporar el concepto de forma musical en lo concerniente a la voluntad. En primera instancia el primer capítulo de este trabajo abordará las características propias de los conceptos de voluntad y representación para llegar así a la comprensión de su relación con la contemplación estética y, posteriormente, la importancia de la música como la única de las artes que puede acercarse a lo indeterminado o, mejor dicho, a aquello que escapa de la racionalidad y el pensamiento. Lo anterior desembocará en la necesidad de construcción de la forma musical, permitiendo apreciar de mejor manera cómo ella expresa los diferentes niveles del concepto de Schopenhauer apelando a diferentes mecanismos (sensibilidad y razón) con los que el hombre se desenvuelve en el mundo. Ahora bien, en ese primer capítulo se mencionará la correspondencia entre la conformación de escalas musicales y las sensaciones que producen, dadas las construcciones tonales en cada una de ellas, bajo la finalidad de comprender que la música produce una sensación diferente dependiendo de la distancia de sus intervalos. Esto permitirá entender en cierta medida por qué el autor alemán afirma que la música es universal pues se dirige a la sensibilidad y no a la razón, observando la aplicación de esto en reciprocidad con el concepto de voluntad. Una vez aclarado el concepto de forma musical, los capítulos posteriores ahondarán en el estudio de sus subdivisiones para mostrar cómo cada una de ellas manifiesta en determinada proporción, el concepto central de la obra de Schopenhauer; allí se analizarán pequeños fragmentos de piezas musicales escogidas minuciosamente que permitirán entender mejor lo que se expresada en la exploración de cada forma. Así mismo, en la parte final del trabajo, se establecerá en qué medida cada forma expresa la voluntad y que tanto los conceptos de Schopenhauer y los añadidos han quedado claros. Esto permitirá dar el paso final de esta investigación: jerarquizar las formas determinando cuál de ellas manifiesta la totalidad del en sí de todo fenómeno Capítulo 1. La música es un sentimiento 1.1. La música como sentimiento La música es el arte más abstracto de todos, pero no por esto el más lioso para la racionalidad y el entendimiento humanos. Por el contrario, la música puede llegar a ser el arte más popular y, por tanto, el de más fácil acceso para las diferentes sociedades y culturas que han protagonizado la historia de la humanidad. Por encima de la literatura, la arquitectura, la pintura, la escultura y, aun siendo más jóvenes, el cine y la literatura, la música se ha proyectado como un espacio estético al cual confluyen la objetividad y la subjetividad, la realidad y la ficción, la razón y los sentimientos, (entendiendo por sentimientos como aquellas cualidades subjetivas de las sensaciones, es esas primeras impresiones sensibles relacionadas con la experiencia de cada sujeto) . De esta manera, la relación entre forma y contenido se ha visto vencida por la emotividad (sentimiento remitido a afecciones de orden placentero u doloroso) propia de una pieza cualquiera, sin importar su contexto histórico ni su procedencia geográfica. Un ejemplo de esto es la ópera wagneriana Tristán e Isolda, una pieza de rock como el Dark side of the moon de Pink Floyd o, incluso alguna de las obras vallenatas de Alejo Durán o las tangueras de Carlos Gardel. Con esto quiero señalar el rol tan importante que la música juega no solo en el desarrollo de identidades propias (nacionales si se quiere) a partir de un ritmo específico o una melodía puntual, sino también la edificación de metafísicas que narran los sueños, miedos, dolores, frustraciones y/o expectativas de sociedades enteras. La conformación de la música proviene de una forma de comunicación elemental. Los primeros sonidos musicales (con esto me refiero a posibles composiciones agradables al oído y a la consciencia) emanaron de la naturaleza y, después -y a modo de imitación- se autonomizaron recurriendo a la voz y a elementos externos que oficiaban como instrumentos rituales: sonidos para cazar, para llamar las lluvias, para agradecer bonanzas, para hacer la guerra, etc. Así las cosas, desde el principio de los tiempos el poder de la música a acompañado a los seres humanos, recogiendo, sublimando, construyendo y forjando los valores y voluntades más importantes de las sociedades. En la presente investigación, para poder comprender la razón por la cual la música no solo es importante, sino que es la más importante de las artes en cuanto sabe representar fielmente los anhelos humanos, abordaremos al filósofo alemán Arthur Schopenhauer y su concepto de voluntad. Dicha voluntad es aquella que se encarga de motivar al mundo de las representaciones guiando al hombre a desarrollar un actuar regido bajo el deseo. Sin embargo, el autor alemán encuentra en este punto el problema que causa el desear: el dolor, el cual solo es superado momentáneamente por medio de la contemplación estética, y es así como él mismo llega a la jerarquización de las ramas artísticas en donde otorgará a la música el lugar más alto, pues según él, se encuentra ligada de forma directa con las esencias de las cosas permitiendo así la captación de la voluntad. Schopenhauer ha manifestado que la música es universal, pues al apelar al sentir y no a la razón puede dar cuenta de cualquier aspecto de la vida, manifestando todos los fenómenos de una forma contundente y muchas veces de difícil acceso para la razón y el pensamiento. Es en este punto donde nace la reflexión filosófica central de esta investigación, la cual se basa en la evidencia de la inexistencia de una forma musical única, y en las diferentes formas en que surge dicho arte, además del hecho de que muchas composiciones son creadas como una mimesis del mundo de las representaciones (música cantada). En ese orden de ideas se llega a la suposición de que no toda obra musical pueda expresar la voluntad en sí misma dada su naturaleza individual derivando en la necesidad de jerarquizar las diferentes formas musicales. |
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