La voz del silencio: una reflexión sobre el lenguaje musical y poético

Lo que a continuación se presentará no solo debe considerarse una reflexión sobre el lenguaje, sino también como una reflexión de tipo estético que aborda tanto a la música como a la poesía en la experiencia más genuina que pueden ofrecer, a saber, el silencio. Y es que como se procurará mostrar, es...

Full description

Autores:
Duque Murcia, Bryan Gerardo
Tipo de recurso:
Trabajo de grado de pregrado
Fecha de publicación:
2019
Institución:
Universidad Libre
Repositorio:
RIU - Repositorio Institucional UniLibre
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.unilibre.edu.co:10901/17695
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/10901/17695
Palabra clave:
Lenguaje
Música
Filosofía
Poetic Language
Musical language
Language limits
Inexpressible language
Experience with speech
Almost nothing
Expresión artística
Notación musical
Filosofía del lenguaje
Lenguaje Poético
Lenguaje musical
Límites del lenguaje
Lenguaje inexpresable
Experiencia con el habla
La casi nada
Rights
openAccess
License
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/co/
Description
Summary:Lo que a continuación se presentará no solo debe considerarse una reflexión sobre el lenguaje, sino también como una reflexión de tipo estético que aborda tanto a la música como a la poesía en la experiencia más genuina que pueden ofrecer, a saber, el silencio. Y es que como se procurará mostrar, es a partir del lenguaje que puede acaecernos una experiencia muda desde lo musical y lo poético, pero es necesario resaltar que no es desde el lenguaje convencional. No, es a partir de otro tipo de lenguaje, uno de talante inexpresivo, lo que nos deja frente a la pregunta fundamental, a saber, ¿Cómo debe entenderse lo que está fuera de los límites del lenguaje a partir del silencio en la música y la poesía? Claro está, al referirme a lo que está fuera de los límites del lenguaje hablo del lugar donde, precisamente, no hay palabra, cosa que sin duda alguna podría ser problemático para quien contemple únicamente al lenguaje como significativo. Es en esta primera confrontación con el lenguaje donde yace el primer momento de la investigación, esto es, la necesidad de hablar en qué sentido el lenguaje es insuficiente para para abordar el silencio en la música y en la poesía, y no solo eso, valiéndonos de Wittgenstein podríamos llegar a la afirmación que, en efecto, no solo estas dos cosas desbordan el terreno de lo significativo, sino que además también la ética, la religión y cualquier absoluto que tenga su experiencia en los límites mismos del lenguaje. ¿Cómo, entonces, puede ser comprendido el lenguaje si no es a través de lo significativo, de los hechos, de lo real? Heidegger, posteriormente, menciona que la única manera de adentrarse en lo que supera los límites del lenguaje es el habla que nos habla, una experiencia con lo indeterminado, con todo aquello que se aleja, precisamente, de la palabra. Y no es fortuita su postura, lo que se quiere lograr con eso es entender el lenguaje de otra manera, una no tan trivial, como bien lo menciona Heidegger, y más bien, adentrarnos en la experiencia quizá más oscura, y que, como bien lo veremos, le ofrece la poesía. De este modo, puede decirse que el habla nos habla a través del lenguaje poético, de la incertidumbre, y la generalidad que esta ofrece. Con esto, si la pregunta inicial interroga sobre el dónde de la experiencia con el lenguaje, la que compete en este aspecto lo hace respecto al cómo se logra tener dicha experiencia con el habla que nos habla, y además, en qué sentido la música en un primer momento nos arrastra a dicha experiencia, una que, como se logrará ver, evoca 6 | P á g i n a generalidad, indeterminación, e incertidumbre, aspectos que son esenciales para remarcar la imposibilidad que tenemos de expresar todo aquello que es inexpresable. De esta manera, se llega al último punto fundamental, a saber, qué es lo que presuntamente contiene esta experiencia con lo inefable, y además, cómo se logra expresar eso tan inexpresable a través de la música y la poesía, dejándonos frente al mutismo que emana de nuestra imposibilidad de cualquier intento de decir lo indecible. ¿Cómo opera el silencio en todo esto? Es menester entender en qué sentido se va usar la palabra “silencio”, ¿qué se designa como silencio? ¿es la carencia de todo sonido, la manifestación de la nada? Lo que se pretende con estas interrogantes será tan solo señalar el camino a recorrer en torno a la experiencia misma que tanto la poesía como la música nos evocan. Esta experiencia es atravesada, de manera inmediata, por el silencio cuya forma o sentido hasta ahora desconocemos, pero que sin embargo, pretende ser esclarecido pues en ella reside, quizá, el punto de todo el problema en cuestión, esto es, cómo entender al silencio a través de la poesía y la música. Tanto la poesía como la música traspasan al lenguaje convencional, sin embargo, aún es desconcertante la manera en que el silencio los atraviesa a ellos. Así, pues, para desdeñar lo que aquí acaece, a saber, la necesidad de entender el lenguaje no como significativo sino como algo que va más allá del mundo objetivo, será necesario, en otras palabras, (i) establecer que en efecto el lenguaje tiene límites y por ello es insuficiente para expresar algunas cosas que, sin duda alguna, nos desbordan, asunto que nos lleva inevitablemente a (ii) entender el lenguaje musical y poético como el lugar donde el habla nos habla, esto es, concebir al lenguaje no como lo que significa, sino más bien como una experiencia que nos oprime, nos acaece y de manera muy sutil, evoca en nosotros todo aquello que no se puede expresar, y así, como último paso, (iii) llegar al momento justo donde la música y la poesía son atravesadas por el silencio, ya no solo se tratará de entender cómo opera la experiencia con el habla, sino el momento donde se hace manifiesta esta experiencia, una que, como se verá, apunta hacia el infinito, hacia lo equivoco.