Educación y democracia.

El pensamiento liberal introduce y da forma sistemática a la relación entre democracia y proceso educativo. La referencia no considera el tema de la educación popular —el cual, como se verá luego, se originó con el protestantismo—, sino que destaca una preocupación básica: la de formar al individuo...

Full description

Autores:
Rama, Germán
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
2017
Institución:
Universidad Pedagógica Nacional
Repositorio:
Repositorio Institucional UPN
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.pedagogica.edu.co:20.500.12209/5322
Acceso en línea:
http://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/RCE/article/view/4988
http://hdl.handle.net/20.500.12209/5322
Palabra clave:
Rights
openAccess
License
https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0
Description
Summary:El pensamiento liberal introduce y da forma sistemática a la relación entre democracia y proceso educativo. La referencia no considera el tema de la educación popular —el cual, como se verá luego, se originó con el protestantismo—, sino que destaca una preocupación básica: la de formar al individuo para que se realice en forma autónoma. Dice John Stuart Mill: “El que deje al mundo, o cuando menos a su mundo, elegir por él su plan de vida no necesita ninguna otra facultad más que la de la imitación propia de los monos. El que escoge por sí mismo su plan, emplea todas sus facultades. Debe emplear la observación para ver, el razonamiento y el juicio para prever, la actividad para reunir los materiales de la decisión, el discernimiento para decidir, y cuando ha decidido, la firmeza y el autodominio (self-control) para sostener su deliberada decisión”. Este concepto de individuo, definido como entidad libre frente a la sociedad y al poder, tendrá su expresión en dos categorías vinculadas entre sí: la del ciudadano y la del educando. La primera requiere, para emerger, de una etapa de formación, es decir, de la segunda categoría, que a su vez se define por el desarrollo de las características intelectuales y de personalidad señaladas por Stuart Mill como indispensables para poder escoger.