Memoria colectiva, literatura y pedagogía en el feminicidio de Rosa Elvira Cely.
La violencia se puede entender como un problema social que afecta a todas las sociedades y ha existido a lo largo de la historia de la humanidad. Asume muchas formas de expresión y surge en todos los ambientes sociales: en la calle, en el trabajo, en la escuela, en el hogar, y en general en todos lo...
- Autores:
-
López Martínez, Nathaly
- Tipo de recurso:
- Trabajo de grado de pregrado
- Fecha de publicación:
- 2017
- Institución:
- Universidad Pedagógica Nacional
- Repositorio:
- Repositorio Institucional UPN
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repository.pedagogica.edu.co:20.500.12209/9638
- Acceso en línea:
- http://hdl.handle.net/20.500.12209/9638
- Palabra clave:
- Rosa Elvira Cely
Violencia contra la mujer
Memoria colectiva
Literatura
Pedagogía
Feminicidio - Estudio de caso
Memoria colectiva - Reconstrucción
Análisis documental - Violencia contra las mujeres - América Latina
- Rights
- License
- https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
Summary: | La violencia se puede entender como un problema social que afecta a todas las sociedades y ha existido a lo largo de la historia de la humanidad. Asume muchas formas de expresión y surge en todos los ambientes sociales: en la calle, en el trabajo, en la escuela, en el hogar, y en general en todos los espacios donde se encuentren seres humanos. No tiene distinciones, pues afecta a las mujeres como a los hombres sin importar la edad ni la condición, pero sobre todo se manifiesta de diversas maneras y grados. Si bien existen diferencias entre las formas de violencia, física o psicológica, por ejemplo, lo importante es entender este problema como un escenario visible y latente que afecta a la sociedad en su conjunto y, por lo tanto, se hace necesario aunar esfuerzos para comprender su naturaleza y sus consecuencias. Una de estas violencias es la que afecta directamente a las mujeres, la cual, entre otras cosas, se ha naturalizado en medio de prejuicios y prohibiciones que van en contra de los derechos y las capacidades del conjunto de las mujeres. Gran parte de esta violencia se debe, fundamentalmente, a que son mujeres; hecho que recibe el nombre de violencia basada en género (ONU, 1993). Un problema complejo y con variedad de factores sociales, familiares e individuales, a partir de los cuales la mujer es propensa cotidianamente a sufrir alguna expresión de violencia. Uno de los obstáculos más nombrados es que este tipo de violencia se produce en el espacio “privado” de las relaciones sociales, lo cual trae como consecuencia que sea difícil de demostrar, prevenir y actuar; de la misma manera, la sociedad ha naturalizado este tipo de situaciones, de ahí que las víctimas no se vean cobijadas por una solidaridad y un respaldo social que las mueva a denunciar y enfrentar el problema. A su vez, es lamentable el estado de indefensión que tienen muchas mujeres frente las violencias, pues a la hora que deciden denunciar los maltratos, en muchos casos no se sienten respaldadas por las entidades del Estado ni resguardadas por la seguridad que merecen en estos casos. No obstante, la violencia contra la mujer se integra de manera más general con las normas sociales y culturales que establecen condiciones y roles entre los miembros de la sociedad, de ahí que se observe que exista en muchas regiones la desigualdad entre las mujeres y los hombres, que se acepte el control y propiedad del hombre frente a la mujer, que se trate de manera indulgente e incluso, se asienta sobre el maltrato físico y discriminatorio contra la mujer, incluyendo el castigo físico y en algunos casos, el feminicidio. Es por ello, que hay que pasar del reconocimiento y la preocupación de la violencia contra la mujer a la consolidación de estrategias que permitan, eventualmente, un tratamiento oportuno de los casos que puedan generar violencia. Esta transformación debe tenderse en diversos ámbitos de la sociedad, partiendo de la asignación de fondos necesarios para ahondar en el conocimiento del problema de manera contextualizada e intervenir de manera eficaz. Asimismo, el problema no solo estriba en la falta de acción institucional, porque siendo el más importante, no acoge todas las dimensiones del problema. Esto se debe a que los cambios que se quieren buscar se encuentran las “normas culturales” del grupo social específico, por lo tanto, el espectro de acción se amplia y requiere de estrategias pedagógicas que transformen la comprensión de la violencia de la mujer, máxime al observar las escalofriantes cifras de violencia y feminicidio en Latinoamérica, pero especialmente en Colombia. Tuvo que ocurrir el caso tristemente célebre del feminicidio de Rosa Elvira Cely, para que se asumiera como un problema social que motivó a que este tipo de violencia se convirtiera en un delito diferenciado y con penas y sanciones distintas. No obstante, el que exista un marco normativo para afrontar los hechos consumados, no es plena garantía para que se le preserve la vida a miles de mujeres que pueden estar en riesgo de este flagelo que afecta a la sociedad. Por lo tanto, durante los últimos tres años, se han desarrollado iniciativas por parte de organizaciones sociales, como también, personas interesadas en esta problemática, que buscan generar escenarios de denuncia y, ante todo, de fomentar el conocimiento para enfrentar este tipo de prácticas violentas, pues el feminicidio es el final de un conjunto de hechos que desembocan en la muerte de miles de mujeres. Es con este interés que surge en el 2012 la propuesta literaria titulada la Vida es Rosa, el trágico desenlace de Rosa Elvira Cely, el cual fue un proyecto investigativo que rescató la memoria de las personas que tuvieron que ver con la vida de esta mujer, que se vio inmersa de manera salvaje en un acto de feminicidio. El nivel de violencia ejercido sobre ella, fue muestra de la sevicia y la inhumanidad del victimario, lo que inmediatamente fue repudiado por la sociedad en general. Si bien, el asesino es señalado como un sociópata incurable, el grado de culpabilidad no solo puede endilgarse a este homicida, sino que se extiende al Estado a las instituciones distritales, pues la negligencia y la acción inoportuna desataron su muerte. A partir de este caso de feminicidio y sobre la base de este libro narrativo, se han desarrollado espacios de diálogo con muchas comunidades, con el interés de propiciar escenarios pedagógico- formativos con las mujeres para que expresen y denuncien de manera temprana las violencias a las que se ven expuestas, colocando como ejemplo este horrible y execrable hecho de violencia contra una mujer, que como todas desean una sociedad que las proteja y que proscriba todo tipo de violencia que atente sobre ellas. A su vez, el objetivo se amplía al llegar a variados grupos sociales, pues el problema del feminicidio abarca a la sociedad en su conjunto, por lo que estas iniciativas reivindican el respeto y los derechos de las mujeres, así como exhorta a las comunidades a que enfrenten dicho flagelo de forma pronta y eficaz. |
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