Homenaje a Michel Foucault (1926-1984)

Michel Foucault, filósofo e historiador francés, quien nació en Poitiers el 15 de octubre de 1924 y murió el 25 de junio de 1984 en París, proyecta en su obra una ontología crítica de un sí mismo como otro. Su experiencia con la escritura pone en juego un pensar la historia desde una historia presen...

Full description

Autores:
Palau Castaño, Luis Alfonso
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
2014
Institución:
Universidad de Medellín
Repositorio:
Repositorio UDEM
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.udem.edu.co:11407/1617
Acceso en línea:
http://revistas.udem.edu.co/index.php/Ciencias_Sociales/article/view/948
http://hdl.handle.net/11407/1617
Palabra clave:
Focault
vagabundeo metódico
homsexual
recursos humanos
Estado
arqueologías
superyo estorboso
Rights
License
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
Description
Summary:Michel Foucault, filósofo e historiador francés, quien nació en Poitiers el 15 de octubre de 1924 y murió el 25 de junio de 1984 en París, proyecta en su obra una ontología crítica de un sí mismo como otro. Su experiencia con la escritura pone en juego un pensar la historia desde una historia presente. Por ello, Toni Negri (2004) afirma que:[...] una buena parte de lo que Foucault escribió (Deleuze lo subrayó muy acer­tadamente) debería hoy ser reescrito. Lo que resulta asombroso –y conmovedor– es que en ningún momento cese de buscar; hace aproximaciones, deconstruye, formula hipótesis, imagina, construye analogías y cuenta fábulas, lanza conceptos, los retira o los modifica… Es un pensamiento de una inventiva formidable. Pero esto no es lo esencial; yo creo que lo fundamental es su método, porque este le permite estudiar y a la vez describir el movimiento del pasado al presente y del presente al porvenir. Es un método de transición del cual el presente representa el centro. Foucault está ahí, en ese hueco, ni en el pasado, del que hace la arqueología, ni en el futuro, del que a veces esboza la imagen –“como en los límites del mar, un rostro sobre la arena”-. Es a partir del presente como resulta posible distinguir los demás tiempos. A menudo se le ha reprochado a Foucault la legitimidad científica de sus periodizaciones; es comprensible la actitud de los historiadores, pero al mismo tiempo me gustaría decir que no se trata de un verdadero problema: Foucault se encuentra allá donde se instale la problemática, y esto partiendo siempre de su propio tiempo.Para Foucault el análisis histórico tiene que ver con la acción, el conoci­miento del pasado con la genealogía, y la perspectiva futura con el dispositivo. Así, acción, genealogía y dispositivo subyacen en la labor crítica de la escritura foucaultiana que evoca la lucha (conocer es producir subjetividad), el encarnar el riesgo más allá de una necesidad y el desplazarse en los márgenes, en los goznes, de la ataduras teleológicas. Foucault transita en su obra por problemas como la aparición del discurso en el contexto de las ciencias humanas (arqueolo­gía del saber), una lectura de la Modernidad occidental por medio del concepto de episteme, estudia las relaciones entre saberes y poderes con la aparición de las disciplinas, del control y de los biopoderes, de la norma y de la biopolítica siguiendo una analítica general del poder según una historia de la categoría de soberanía hasta las formas de actuación del poder en el siglo XX; por último, Foucault se interesó por el análisis de los procesos de subjetivación bajo la óp­tica de la estética como construcción de uno mismo y la relación política de uno mismo con los otros, desde la dimensión de la ética. Todas estas propuestas se circunscriben en lo que podría ser denominado un estilo de pensamiento que se reconoce en una genealogía del presente, o lo que él denominaba una ontología crítica de nosotros mismos, de producción de subjetividades. “Foucault lo repite a menudo cuando habla de su pasión por los archivos y del hecho de que la emoción de su lectura procede de que nos narran fragmentos de existencia: la existencia, pasada o presente, ofrecida en papeles amarillentos o vivida día a día, es siempre un encuentro con el poder; no es más que eso, pero es algo enorme.” (Toni Negri, sobre Foucault, 2004).