Carnaval, política y religión: fiestas en el chocó

Es tiempo de carnaval; suena la tambora, el clarinetero no agota su melodía, las chirimías reclaman los cuerpos para la danza y en todos los pueblos la gran familia afrochocoana(2) despierta para la fiesta. Es el mes de agosto y la danza que ya se inicia, no ha de terminar hasta octubre. Las puertas...

Full description

Autores:
Villa, William
Tipo de recurso:
http://purl.org/coar/resource_type/c_f744
Fecha de publicación:
2013
Institución:
Corporación Universidad de la Costa
Repositorio:
REDICUC - Repositorio CUC
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repositorio.cuc.edu.co:11323/5671
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/11323/5671
https://repositorio.cuc.edu.co/
Palabra clave:
Carnavales Afroamericanos
Fiesta en el Chocó
Carnaval
Política
Religión
Rights
openAccess
License
CC0 1.0 Universal
Description
Summary:Es tiempo de carnaval; suena la tambora, el clarinetero no agota su melodía, las chirimías reclaman los cuerpos para la danza y en todos los pueblos la gran familia afrochocoana(2) despierta para la fiesta. Es el mes de agosto y la danza que ya se inicia, no ha de terminar hasta octubre. Las puertas de las iglesias se abren y los Santos engalanados con sus mejores joyas salen a recorrer poblados. Se les ve en la calle, en el barrio, en la vereda y en el río sobre la balsa cargada de flores y frutos. En Tadó, a orillas del río San Juan, la Virgen de la Pobreza, instaura un nuevo orden donde todas las teatralizaciones pueden ocurrir; el escenario del teatro es la calle y el pueblo danzante se convierte en actor. Miren que bonita la vienen bajando, es la Virgen de las Mercedes, ya llega por el río San Juan, balsas multicolores la acompañan y toda Istmina ha salido a esperarla. Todo el San Juan de Santos se va llenando y la celebración no quiere acabar. En Nóvita, San Jerónimo invita a que los niños se pongan sus mejores trajes y a que las mujeres exhiban aquellos peinados africanos donde líneas de finas trenzas se combinan en infinitos trazos. En Condoto, como en todos los pueblos, las comparsas día tras día salen a representar su obra teatral; en el último día de fiesta sale Nuestra Señora del Rosario. La acompaña todo el pueblo y la danza da paso a la oración.