La teodicea moderna y el problema de la seguridad ontológica

En este trabajo se aborda el desarrollo del problema de la teodicea en la filosofía moderna como una estrategia racional para enfrentar la presencia real del mal en el Inundo. La teodicea de corte leibniziano asume la causa Dei como la defensa de la causa rationis, y en consecuencia, como legitimaci...

Full description

Autores:
Tipo de recurso:
article
Fecha de publicación:
2014
Institución:
Pontificia Universidad Javeriana
Repositorio:
Repositorio Universidad Javeriana
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.javeriana.edu.co:10554/31486
Acceso en línea:
http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/vniphilosophica/article/view/11447
http://hdl.handle.net/10554/31486
Palabra clave:
teodicea; mal; Leibniz; Hans Blumenberg; autoafirmación humana; correspondencia ontológica
teodicea; evil; Leibniz; Hans Blumenberg; human affirmation; ontological correspondence
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional
Description
Summary:En este trabajo se aborda el desarrollo del problema de la teodicea en la filosofía moderna como una estrategia racional para enfrentar la presencia real del mal en el Inundo. La teodicea de corte leibniziano asume la causa Dei como la defensa de la causa rationis, y en consecuencia, como legitimación del orden racional del mundo. Bajo esta perspectiva, el mal se convierte en una especie de conditio sine qua non de la plena revelación racional de la realidad. La teodicea asume que la creación tiene un caracter racional, pues Dios no puede obrar por fuera del orden. El sentido de esta estrategia legitimadora del orden de la creación se examina a la luz de la tesis del Hans Blumenberg, quien muestra cómo las formulaciones centrales de la filosofía moderna surgen de la confrontación estructural entre el absolutismo teológico y el deseo burgués de la autoafirmación humana. El modelo antropológico que corresponde a este proyecto es la idea burguesa del homo compensator. Los intentos de conferirle un sentido último a la realidad, están condenados al fracaso, pues se fundan en la ilusión de que hay una correspondencia ontológica entre el mundo y la existencia del hombre.