4 años a bordo de mi mismo: una poetica del cuerpo

Un hombre cierra los ojos y ve una bandada de pájaros y no sabe cuán­tos pájaros son. Supone con seguridad que no pueden ser menos de dos ni más de diez. Esta seguridad de encontrarse ante una cantidad de pájaros que él no puede definir pero que ciertamente corresponde a un número natural, le permit...

Full description

Autores:
Tipo de recurso:
article
Fecha de publicación:
2004
Institución:
Pontificia Universidad Javeriana
Repositorio:
Repositorio Universidad Javeriana
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.javeriana.edu.co:10554/29170
Acceso en línea:
http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/univhumanistica/article/view/10098
http://hdl.handle.net/10554/29170
Palabra clave:
null
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional
Description
Summary:Un hombre cierra los ojos y ve una bandada de pájaros y no sabe cuán­tos pájaros son. Supone con seguridad que no pueden ser menos de dos ni más de diez. Esta seguridad de encontrarse ante una cantidad de pájaros que él no puede definir pero que ciertamente corresponde a un número natural, le permite concluir que Dios existe. La conclusión es inesperada y ha obliga­do a un crítico literario a verificar el proceso lógico que conduce a ella. El mecanismo silogístico es correcto y sin embargo las palabras que le sirven de introducción son una confesión de incredulidad: un hombre cierra los ojos y ve una bandada de pájaros, cierra los ojos y lo que llamamos mundo se desvanece, y en el espacio de su imaginación, en el espacio del lenguaje, la figura de Dios asoma, ya no directamente, no como un gesto suyo, como un acto suyo, sino como la correcta conclusión de un silogismo en el que un número de pájaros es a la vez finito e inconcebible.