El mal radical y la banalidad del mal: Las dos caras del horror en los regímenes totalitarios desde la perspectiva de Hannah Arendt
El propósito de este artículo es analizar las nociones arendtianas del “mal radical” y “la banalidad del mal” con sus respectivas relaciones. Arendt describe el terror como la esencia del régimen totalitario. Este terror difiere de otros casos familiares como el terror revolucionario o el terror tir...
- Autores:
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Botero, Adolfo Jerónimo; Universidad Icesi
Leal Granobles, Yuliana; Universidad Icesi
- Tipo de recurso:
- Article of journal
- Fecha de publicación:
- 2013
- Institución:
- Pontificia Universidad Javeriana
- Repositorio:
- Repositorio Universidad Javeriana
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repository.javeriana.edu.co:10554/31767
- Acceso en línea:
- http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/vniphilosophica/article/view/10784
http://hdl.handle.net/10554/31767
- Palabra clave:
- Arendt; mal radical; banalidad del mal; terror; irreflexión
Arendt; radical evil; banality of evil; terror; thoughtlessness
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional
Summary: | El propósito de este artículo es analizar las nociones arendtianas del “mal radical” y “la banalidad del mal” con sus respectivas relaciones. Arendt describe el terror como la esencia del régimen totalitario. Este terror difiere de otros casos familiares como el terror revolucionario o el terror tiránico en que éste no es, en realidad, un medio en absoluto sino, más bien, un proceso sin un fin. Su meta era revelar la abrupta superfluidad de los seres humanos; mostrar que no hay ningún límite inherente al poder de deshumanizar a los individuos. Arendt introduce la noción de “mal radical” para describir los crímenes atroces de los regímenes totalitarios. Pero ella pasa de la idea del “mal radical” a la noción controversial de “la banalidad del mal”. Esta noción se le ocurrió en su cubrimiento del juicio de Adolf Eichmann en Jerusalén para The New Yorker. Arendt describe con la noción de “la banalidad del mal” el agente burocrático que realiza actos atroces sin la presencia de algún motivo maligno o fervor ideológico. |
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