La manera de morir
Hay dos puntos en los que coinciden todos los tratados de tanatología. El primero y más obvio es que, a pesar de los incrementos en la esperanza de vida, el desenlace fatal sigue siendo inevitable. El segundo es que parece que la especie humana, por lo menos en la llamada cultura occidental, evita t...
- Autores:
-
Rosselli, Diego
- Tipo de recurso:
- Editorial
- Fecha de publicación:
- 2022
- Institución:
- Pontificia Universidad Javeriana
- Repositorio:
- Repositorio Universidad Javeriana
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repository.javeriana.edu.co:10554/64163
- Acceso en línea:
- https://acnweb.org/images/acta/acta2022/acta_2022_38_64_65_editorial.pdf
http://hdl.handle.net/10554/64163
https://doi.org/10.22379/24224022411
- Palabra clave:
- Muerte
Die
- Rights
- License
- Atribución-NoComercial 4.0 Internacional
Summary: | Hay dos puntos en los que coinciden todos los tratados de tanatología. El primero y más obvio es que, a pesar de los incrementos en la esperanza de vida, el desenlace fatal sigue siendo inevitable. El segundo es que parece que la especie humana, por lo menos en la llamada cultura occidental, evita tratar el tema de la muerte propia y la de las personas cercanas. Y los médicos no somos ajenos a esa negación. Hace un siglo, o incluso menos, la muerte era un evento común en la niñez, y los afortunados que llegaban a la edad adulta habrían visto morir a uno o más hermanos. Los muertos, hace una o dos generaciones, eran velados en casa y enterrados en un cementerio local, en la cercanía del hogar. Hoy la mortalidad infantil es la excepción y no la regla, las personas que fallecen lo hacen en los hospitales, lejos de la mirada de los menores, y son enterrados en grandes jardines cementerios, bien lejos de casa. Eso, sin duda ha favorecido ese tabú social de la muerte |
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