La cuquita feliz
Soy una mujer de 24 años, heterosexual, colombiana, de clase media, de piel blanca (color leche), pelo castaño claro y de contextura gruesa, del tipo rellenita. Nací en Bogotá, rodeada de una familia amorosa y católica por tradición, pero machista, donde las costumbres fueron y siguen siendo corresp...
- Autores:
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Leiva Prada, Mónica Lucía
- Tipo de recurso:
- Trabajo de grado de pregrado
- Fecha de publicación:
- 2015
- Institución:
- Pontificia Universidad Javeriana
- Repositorio:
- Repositorio Universidad Javeriana
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repository.javeriana.edu.co:10554/20659
- Acceso en línea:
- http://hdl.handle.net/10554/20659
- Palabra clave:
- Cuerpo
Feminismo
Masturbación
Amor Propio
Liberación
Body
Feminism
Masturbation
Self Love
Liberation
Artes visuales - Tesis y disertaciones académicas
Masturbación
Feministas
Libertad
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional
Summary: | Soy una mujer de 24 años, heterosexual, colombiana, de clase media, de piel blanca (color leche), pelo castaño claro y de contextura gruesa, del tipo rellenita. Nací en Bogotá, rodeada de una familia amorosa y católica por tradición, pero machista, donde las costumbres fueron y siguen siendo correspondientes a una sociedad que se desarrolla bajo un pensamiento tradicionalista y conservador como lo es la colombiana. Esto hizo que creciera pensando que había cierto rol moral destinado a las mujeres (y otro a los hombres), un rol de domesticidad. Mi primer orgasmo fue masturbándome a los 11 años y perdí mi virginidad a los 16, de esto no podía hablar, ya que no había ningún contexto para discutir la sexualidad humana fuera de fines netamente reproductivos, y menos aún la femenina, ya que esto era y sigue siendo, pero en menor medida, considerado algo inapropiado. Por ejemplo, el hecho de sentir placer, jugar con el cuerpo, masturbarse o tener un orgasmo eran y son temas que la sociedad parece evitar explorar, normalizar o visibilizar, teniendo como efecto que todo el tema sexual, sea visto como tabú. Retomando mi contexto social, también crecí en un colegio donde enseñaban que las mujeres debían ser bien educadas, es decir unas damas. Por ejemplo, abrir ligeramente las piernas era mal visto, tocaba sentarse con las piernas cerradas, estar debidamente peinadas, sin maquillaje, sin esmalte en las uñas y sin adornos de ningún tipo y mucho menos tener el pelo tinturado. |
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