Resocializar entre estigmas : relatos del proceso de resocialización y humanización dentro del centro penitenciario "El Buen Pastor"
Tras analizar la información obtenida a lo largo de la investigación debemos concluir que las condiciones de privación de la libertad en las cárceles del país, particularmente las que se tienen en el centro Penitenciario de mujeres “El Buen Pastor”, no responden a los lineamientos y objetivos que se...
- Autores:
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Pardo Pulido, Laura Andrea
Pardo Pulido, María Paula
- Tipo de recurso:
- Trabajo de grado de pregrado
- Fecha de publicación:
- 2021
- Institución:
- Pontificia Universidad Javeriana
- Repositorio:
- Repositorio Universidad Javeriana
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repository.javeriana.edu.co:10554/58719
- Acceso en línea:
- http://hdl.handle.net/10554/58719
- Palabra clave:
- Cárcel
Resocialización
mujeres
Políticas públicas
Oportunidad
Libertad
Liberty
Jail
Resocialization
Public politics
Women
Comunicación social - Tesis y disertaciones académicas
Relaciones internacionales - Tesis y disertaciones académicas
Prisiones - 2019-2022
Resocializaciones - 2019-2022
Grabaciones sonoras
Podcasts
Mujeres - Política gubernamental - 2019-2022
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional
Summary: | Tras analizar la información obtenida a lo largo de la investigación debemos concluir que las condiciones de privación de la libertad en las cárceles del país, particularmente las que se tienen en el centro Penitenciario de mujeres “El Buen Pastor”, no responden a los lineamientos y objetivos que se plantearon en el “Plan de Resocialización y Humanización 2019-2022”. El plan no ha tenido un impacto real en la experiencia que las mujeres han tenido en su proceso de resocialización, particularmente si se tiene en cuenta que no se plantean propuestas enfocadas a las necesidades de la mujer. Algo que, desde un principio afecta la aplicabilidad de este con las mujeres privadas de la libertad. En un principio el plan hablaba de diversos ejes con los que se buscaría mejorar las condiciones carcelarias en el país. Frente al punto de infraestructura carcelaria, encontramos que el plan tiene dificultades con la garantía de servicios básicos dentro de las cárceles y en el caso de “El Buen Pastor” el problema de hacinamiento que se viven en la mayoría de los patios impide el cumplimiento del eje para una resocialización efectiva. No obstante, el gobierno ha cumplido con la creación de otros centros carcelarios de cuarta generación para el aumento de cupos carcelarios en el país, en este caso, el USPEC ha informado la creación de 1.432 cupos en los centros penitenciarios de Ipiales y Santander y de 2.040 cupos carcelarios que están en construcción en las ciudades de Santa Marta, Barranquilla, Cartagena e Itagüí. (USPEC, 2021). Información relevante sobre cambios o aumento de cupos y mejoras en las condiciones de hacinamiento y de acceso a talleres de resocialización dentro de “El Buen Pastor” no fue respondida por el Ministerio de Justicia y Derecho ni por el INPEC, al momento de culminada la investigación. Es importante mencionar, que el aumento de cupos carcelarios no está directamente asociado a la mejoría en los procesos de resocialización de las personas privadas de la libertad, especialmente teniendo en cuenta que ninguna de las cárceles en proceso de construcción está enfocada a la población carcelaria femenina. En cuanto al punto de Vida en reclusión el cual está asociado a los servicios de salud y alimentación dentro de la cárcel y el ofrecimiento de un mejor servicio, estos cambios que el plan busca no son evidentes hasta este momento en el centro penitenciario “El buen Pastor”. Las condiciones de salud son precarias, solo se cuenta con un psicólogo para el acompañamiento psicológico de más de mil mujeres y no hay espacios adecuados para la atención médica asociada a la atención de necesidades específicas para la mujer, como atención ginecológica o pediátrica, aun sabiendo que la mayoría de las mujeres son madres y viven con sus hijos dentro de la cárcel. Frente a las medidas a corto plazo propuestas en este eje como la realización de brigadas de salud, estas no han podido realizarse de manera continua como consecuencia del Covid-19. Se concluye así que los cambios formulados en este eje no son perceptibles para las mujeres. Finalmente, frente al eje de resocialización, todas las actividades de educación, trabajo y recreación han sido pausadas o modificadas por la presencia de casos de Covid-19 dentro de la cárcel, impidiendo no solo el acceso de las familias al centro penitenciario para efectuar sus visitas, sino también perjudicando los procesos de resocialización que se llevaban a cabo dentro de la cárcel con los programas del SENA u otras fundaciones que ofrecían acompañamiento, frenando los objetivos del plan para con este eje. Es importante mencionar que, para las mujeres privadas de la libertad y los trabajadores, a pesar de las buenas intenciones, el plan no cumple con las necesidades que puedan tener las mujeres al salir en libertad, en tanto no está pensado en el desarrollo de competencias laborales prácticas para reintegrarse a la sociedad, por lo que es necesario replantearse la forma en que estos talleres están pensados. Al ver esta realidad que se vive dentro de los centros penitenciarios y la carga emocional que sufren las mujeres dentro de la cárcel, queda clara la importancia que la resocialización tiene en la vida de estas personas especialmente a su salida de la cárcel, es por esto por lo que consideramos que el espacio de Comunidad Terapéutica es un ejemplo de la transformación de vida que un espacio construido por y para las personas privadas de la libertad puede tener. A pesar de las dificultades que el sistema penitenciario enfrenta, creemos que la creación de nuevos programas y la efectiva ejecución de estos, pensados de la mano de las mujeres y hombres privados de la libertad que los reciben, son el camino para lograr la construcción de un mejor modelo penitenciario y, en consecuencia, un mejor país, cuyo resultado sea la posibilidad de encontrar oportunidades y la creación de una conciencia colectiva en donde la cárcel no sea un factor estigmatizante. De igual forma, encontramos como un común denominador de la opinión de las fuentes entrevistadas, donde se plantea a la cárcel como un espacio poco eficiente para la resocialización, por lo que, basados en dichas experiencias, consideramos que se deben crear nuevos modelos de tratamiento a las conductas delictivas y punibles en el país. La cárcel en Colombia hasta la fecha castiga la pobreza de su población y genera como consecuencia mayor pobreza en la misma. Pensar y aplicar modelos correccionales contemporáneos pueden ser la vía para generar un cambio dentro de la vida de quienes actualmente y en el futuro cometan un delito. Pensar en propuestas como la aplicación generalizada de la prisión domiciliaria, la creación de complejos de vivienda como nuevas cárceles, donde habiten las personas privadas de la libertad en espacios más amigables y donde se genere un sentido de normalidad y no de castigo, puede ser la respuesta a un sistema carcelario precario que no da los resultados que se buscan. |
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