El problema del mal : un diálogo entre la teodicea y la historia

Reflexionamos en torno a la pregunta: ¿de dónde viene el mal? La búsqueda de una respuesta a dicha pregunta nos pone en diálogo con tres filósofos modernos Leibniz, Voltaire y Rousseau quienes nos presentan tres perspectivas sobre el mal: la perspectiva optimista, la crítica y la dialéctica. La prim...

Full description

Autores:
Simon, Antony
Tipo de recurso:
Trabajo de grado de pregrado
Fecha de publicación:
2018
Institución:
Pontificia Universidad Javeriana
Repositorio:
Repositorio Universidad Javeriana
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.javeriana.edu.co:10554/38018
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/10554/38018
Palabra clave:
Mal metafísico
Mal moral
Mal físico
Libertad humana
Metaphysical evil
Moral evil
Physical evil
Human liberty
Filosofía - Tesis y disertaciones académicas
Libre albedrío y determinismo
Libertad (Filosofía)
Rights
openAccess
License
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional
Description
Summary:Reflexionamos en torno a la pregunta: ¿de dónde viene el mal? La búsqueda de una respuesta a dicha pregunta nos pone en diálogo con tres filósofos modernos Leibniz, Voltaire y Rousseau quienes nos presentan tres perspectivas sobre el mal: la perspectiva optimista, la crítica y la dialéctica. La primera está resumida en la afirmación: “este mundo es el mejor de los mundos posibles”; la cual nos hace entender que el mundo con el mal y sufrimiento es el mejor de los mundos posibles. Ahora bien, la comprensión de esta afirmación está íntimamente vinculada a la visión leibniziana del mal, es decir, algo que no tiene una causa eficiente sino una deficiente; pues es la negación o la carencia del bien. La carencia del bien o del ser se entiende en relación con los tres tipos de males identificado por Leibniz en la Teodicea: mal metafísico, mal físico y mal moral teniendo en cuenta que el mal metafísico es la condición de posibilidad de los demás. Voltaire, en el Poema sobre el desastre de Lisboa y la novela Cándido critica de una manera muy cruda esta visión optimista de la creación invitándonos a reconocer que el mal está en la tierra y su principio nos queda desconocido. Sin embargo, podemos transformar este mundo por el trabajo apasionado y la conmiseración ante el dolor y sufrimiento humano. La perspectiva dialéctica de Rousseau nos invita a mirar las consecuencias nefastas de la civilización buscando la armonía de las cosas de la tierra.