Las vanguardias estéticas y la posmodernidad
Este ensayo aborda los paradigmas estéticos, políticos y culturales con los cuales las Vanguardias entraron al escenario de la cultura europea a principios del siglo XX: su gran pasión por el cambio, la necesidad de renovación, la transitoriedad de un orden a otro y su heroísmo histórico. Hijas del...
- Autores:
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Fajardo Fajardo, Carlos
- Tipo de recurso:
- Article of journal
- Fecha de publicación:
- 2004
- Institución:
- Pontificia Universidad Javeriana
- Repositorio:
- Repositorio Universidad Javeriana
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repository.javeriana.edu.co:10554/29364
- Acceso en línea:
- http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/univhumanistica/article/view/9786
http://hdl.handle.net/10554/29364
- Palabra clave:
- Vanguardias estéticas; Modernidad y Posmodernidad; Surrealismo; Futurismo; Cubismo; Dadaísmo; Trans-vanguardias; Industrias culturales
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional
Summary: | Este ensayo aborda los paradigmas estéticos, políticos y culturales con los cuales las Vanguardias entraron al escenario de la cultura europea a principios del siglo XX: su gran pasión por el cambio, la necesidad de renovación, la transitoriedad de un orden a otro y su heroísmo histórico. Hijas del espíritu crítico moderno; aferradas a la confianza que impulsó la Fenomenología de la Esperanza en el futuro, las vanguardias estéticas se observan aquí como un proceso donde el afán por lo diferente y lo novedoso impactó en los mecanismos de ciertas lógicas tradicionales del pensamiento de occidente. Sin embargo, este desarrollo de la protesta vanguardista, fue digerido en las últimas cuatro décadas del siglo XX por las manifestaciones mediáticas y las industrias culturales. Múltiples sucesos han puesto en cuestión sus planteamientos utópicos. Conocemos las crisis de las ideologías al final del siglo XX; sentimos el abismo dejado por la caída de los grandes Relatos modernos. Para muchos estas utopías han muerto, pues sus valores estético-políticos se han legitimado y reproducen el orden del establishment. Neoconservadora, hoy la vanguardia es víctima de las burocracias que tanto combatió, de las tecnocracias y del mercado internacional que la explota como mercancía exótica de un pasado mesiánico y genuino. Su trascendencia, reflexión, ruptura, pulsión crítica, la fe en el triunfo por la libertad, han decaído. |
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