Portafolio de artista Isabela Velásquez
Trazo en garabatos mi camino… Tengo una memoria corporal, presente, latente y sumada a una diversidad de contextos. Todo me atraviesa, todo sopesa en lo que soy y cargo en mi cuerpA. Inicio desde lo esencial de mi sexo, mi realidad socializada al ser mujer; indago constantemente desde lo más profund...
- Autores:
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Velásquez Pedraza, Isabela
- Tipo de recurso:
- Trabajo de grado de pregrado
- Fecha de publicación:
- 2023
- Institución:
- Pontificia Universidad Javeriana
- Repositorio:
- Repositorio Universidad Javeriana
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repository.javeriana.edu.co:10554/66355
- Acceso en línea:
- http://hdl.handle.net/10554/66355
- Palabra clave:
- Portafolio
Performing arts
Dancer
Portafolio
Performing arts
Dancer
Artes escénicas - Tesis y disertaciones académicas
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional
Summary: | Trazo en garabatos mi camino… Tengo una memoria corporal, presente, latente y sumada a una diversidad de contextos. Todo me atraviesa, todo sopesa en lo que soy y cargo en mi cuerpA. Inicio desde lo esencial de mi sexo, mi realidad socializada al ser mujer; indago constantemente desde lo más profundo de mis entrañas. El camino lo trazo cuando rebusco mi centro como polo a tierra, gravitacional, de sentires, saberes y transformaciones. Continúo y me aferro a mi corazón impulsivo, flamante, volátil; este me ayuda a generar una relación más sensible con mi entorno y sus estímulos. En este viaje entrañable entre mi centro y mi corazón, también me encuentro con mi cabeza, que trae consigo flujos de pensamientos, para lo racional e irracional, me sobrestimulo-sobrepienso. Me permito cuestionarme-corregirme-reescribirme al tempo de los segundos. Voy hacia mis manos y mis piernas, las alargo, me halo a la realidad desde la capacidad de mis extremidades. Me mantengo viva, en movimiento, por eso me reconozco en la vida desde la espiral, cómo metáfora de lo auténtico, lo espiritual, lo físico; todo se repite, cíclicamente, pero a su paso es cambiante, todo quiebre que aparece en mi camino vuelve a renacer y a reconstruirse. Sigo creciendo y transformándome. Me veo completa, me reconozco, quiebro el espejo y decido volverlo ventana. Desde ahí observo mi mundo, el mundo en el que todos cohabitamos de alguna forma. Atravieso mi ventana, la convierto en frontera, salgo a caminar por mi propio mundo, observo nuestro espacio en común, ese en el que coincidimos y por impulso nos miramos a los ojos, ahí cuando decidimos-o no- intervenir, relacionarnos, habitarnos. Al estar en mi ventana me da vértigo, me siento vulnerable, me desnudo ante mis imperfecciones, mis inconclusos y mis dudas. Salgo, sin miedo me asomo y así voy ganando confianza. Guardando curitas que me tapan las heridas y los miedos, y como salvia las cicatrizo. Después de observarme hacia adentro, decido mirar al afuera. Soy artista porque he decidido pensar mi vida desde esa perspectiva. Desde la potencia creadora, la intuición y la veracidad de lo que expreso con mi cuerpo. Bailo, porque en ello encuentro pequeños instantes de libertad, de comprensión; este ha sido mi camino de organizar preguntas a la vida y responderlas de a poco mediante mi quehacer. Bailo y durante el tiempo que pasa, sonrío. Le apuesto a lo latente de mis impulsos, a los pensamientos que genero en mi cabeza, al movimiento infinito, aquel que propone la espiralidad. Decido bailar de por vida porque con ello conecto siempre con mi cuerpo, con la raíz de lo que soy. Reconozco mi voz, mi llama interna, mi potencia que fluctúa, entra en conflicto, se vuelve partículas, se rebusca, se reconstruye y se quema nuevamente. Inicio el ciclo otra vez más fuerte, con más claridad de mi recorrido. De a pocos entiendo mis intereses, que encausados van formando eso que defino como identidad. Hoy, me escribo cartas a mí misma, a mis extremidades, mis manos, mis ojos, mis tripas y mi corazón. Cuanto más me escucho y me leo, más entiendo a qué juego estoy jugando, el rol que desempeño en mis días. Miro el vacío y decido acogerlo nuevamente. |
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