Éric Rohmer 1920/2010

Su muerte me tomó por casualidad revisando algo de su “otra” obra, las que no figuran en sus antologías. Las metamorfosis del paisaje (1964), un ensayo audiovisual sobre la cambiante París de principio de los sesenta, que explora el papel del paisaje desde la tradición de la arquitectura y el arte m...

Full description

Autores:
Schérer, Joseph
Tipo de recurso:
Conferencia (Ponencia)
Fecha de publicación:
2012
Institución:
Universidad ICESI
Repositorio:
Repositorio ICESI
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.icesi.edu.co:10906/67934
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/10906/67934
http://biblioteca2.icesi.edu.co/cgi-olib?session=-1&infile=details.glu&loid=250132&rs=6885275&hitno=-1
Palabra clave:
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES
PRODUCCIÓN INTELECTUAL REGISTRADA - UNIVERSIDAD ICESI
HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
CINEASTAS
INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA
BIOGRAFÍA
Rights
openAccess
License
http://purl.org/coar/access_right/c_abf2
Description
Summary:Su muerte me tomó por casualidad revisando algo de su “otra” obra, las que no figuran en sus antologías. Las metamorfosis del paisaje (1964), un ensayo audiovisual sobre la cambiante París de principio de los sesenta, que explora el papel del paisaje desde la tradición de la arquitectura y el arte moderno. Louis Lumiere (1968), un afortunado registro televisivo de la conversación entre el realizador Jean Renoir y el director de la cinemateca francesa Henri Langlois sobre el pionero del cine, y Percival el galés (1978), una colorida representación medieval con fotografía de Néstor Almendros donde los castillos son dorado resplandeciente. Rohmer, amante de la literatura y la historia, condujo su cine por los límites de la interpretación situándose orgánicamente entre la palabra y la imagen, y eludiendo los mecanismos de la ficción habituales al sustituir el histrionismo por sencillos personajes que recitan el texto. Para las primeras planas quedan, Pauline en la playa (1983), La rodilla de Claire (1970), o su emblemática Mi noche con Maud (1969), una película con trama tan sencilla que se dificulta contarla, tan solo deja ver trozos de la vida misma, la soledad o la intimidad. Bien lo expresaba él mismo, “Yo no digo, muestro.”