Chaque Détail Est Précieux : les plages d'Agnès

No tengo los conocimientos para justificar o criticar el apelativo que Agnès Varda recibiera en Francia tiempo atrás: “la abuela de la Nouvelle Vague”. Esto ha emparentado su obra con escritores como Marguerite Duras o Alain Robbe-Grillet, o con directores de cine como Alain Resnais y Jean-Luc Godar...

Full description

Autores:
Lema-Hincapié, Andrés
Tipo de recurso:
Conferencia (Ponencia)
Fecha de publicación:
2012
Institución:
Universidad ICESI
Repositorio:
Repositorio ICESI
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.icesi.edu.co:10906/67935
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/10906/67935
http://biblioteca2.icesi.edu.co/cgi-olib?session=-1&infile=details.glu&loid=250133&rs=6887741&hitno=-1
Palabra clave:
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES
PRODUCCIÓN INTELECTUAL REGISTRADA - UNIVERSIDAD ICESI
HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA;
Rights
openAccess
License
http://purl.org/coar/access_right/c_abf2
Description
Summary:No tengo los conocimientos para justificar o criticar el apelativo que Agnès Varda recibiera en Francia tiempo atrás: “la abuela de la Nouvelle Vague”. Esto ha emparentado su obra con escritores como Marguerite Duras o Alain Robbe-Grillet, o con directores de cine como Alain Resnais y Jean-Luc Godard, de quienes conozco muy poco o realmente nada. Quiero más bien reseñar aquí la última producción cinematográfica de esta belga nacida en Bruselas en 1928, de padre griego en el exilio y de madre francesa. Esta producción lleva el afectuoso título Les plages d’Agnès (2008), y el jurado del Festival de Cannes de 2009 le concedió el César bajo la categoría de mejor película documental. Una anécdota personal me habrá de permitir el ingreso a la riqueza artística de esta obra de Varda. Hace un par de días fui a ver Les plages d’Agnès en un pequeño teatro de Denver para cine independiente, Chez Artiste. Me acompañaban tres amigos, dos de ee.uu. y uno de Argentina. Entre los pocos comentarios que cruzamos al salir del teatro, recuerdo tres en particular: “¡Los subtítulos en inglés casi no podían leerse!”, “En cierto momento no volví a leer los subtítulos y simplemente me entregué a seguir las imágenes de la película” y “¡Tuve la suerte de seguir la película en francés sin tener que leer los subtítulos!”. Una buena parte de la razones para la belleza de esta obra de Varda se encuentra detrás de esos comentarios.