Q'Hubo, el láguido adiós de El Caleño
Desde agosto del año 2005, una popular expresión de saludo se convirtió en la sentencia de muerte del periódico sensacionalista El Caleño. Cuando empezó a circular Q´hubo, la vida del insigne diario amarillista empezó a apagarse. Lo paradójico es que quien propició el cierre de la tradicional oficin...
- Autores:
-
Ortega, Óscar
- Tipo de recurso:
- Conferencia (Ponencia)
- Fecha de publicación:
- 2015
- Institución:
- Universidad ICESI
- Repositorio:
- Repositorio ICESI
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repository.icesi.edu.co:10906/79775
- Acceso en línea:
- https://issuu.com/papeldecolgadura/docs/pdc_vol112_web_334a2f0d580d6b
http://hdl.handle.net/10906/79775
http://biblioteca2.icesi.edu.co/cgi-olib/?infile=details.glu&loid=278722
- Palabra clave:
- Producción intelectual registrada - Universidad Icesi
Periódicos
Periódicos - Historia
- Rights
- openAccess
- License
- http://purl.org/coar/access_right/c_abf2
Summary: | Desde agosto del año 2005, una popular expresión de saludo se convirtió en la sentencia de muerte del periódico sensacionalista El Caleño. Cuando empezó a circular Q´hubo, la vida del insigne diario amarillista empezó a apagarse. Lo paradójico es que quien propició el cierre de la tradicional oficina marcada con el número 3-20 de la calle 25 fue Rubén Darío Valencia, un periodista hecho a pulso en la redacción de El Caleño. “Nuestra intención jamás fue esa. De hecho, siempre hemos creído que El Caleño y Q`hubo son dos periódicos completamente distintos: enfoques, escritura, composición, todo es diferente”, se defiende Valencia. Lo cierto es que en las calles, en tan sólo una década, El Caleño empezó a diezmar su circulación mientras Q´hubo se convertía en punto de referencia en los programas radiales de la mañana y en las tiendas de los barrios. |
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