Vida de una mujer

Inés nació en 1957, un 2 de febrero en Manizales. - Recuerdo ese montón de escaleras en el barrio Belálcazar, y las piernas tan bonitas de las muchachas que vivían en esas lomas. ¡Mucho ejercicio! -dice sonriendo. A los cinco años se vino a vivir a Cali, con su hermana Filia, de seis años, y su madr...

Full description

Autores:
Guerrero Gómez, Rossi Leany
Tipo de recurso:
Part of book
Fecha de publicación:
2010
Institución:
Universidad ICESI
Repositorio:
Repositorio ICESI
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.icesi.edu.co:10906/2330
Acceso en línea:
http://hdl.handle.net/10906/2330
http://biblioteca2.icesi.edu.co/cgi-olib?session=-1&infile=details.glu&loid=198230&rs=4788331&hitno=1
Palabra clave:
CRÓNICAS
LITERATURA COLOMBIANA
Rights
openAccess
License
https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
Description
Summary:Inés nació en 1957, un 2 de febrero en Manizales. - Recuerdo ese montón de escaleras en el barrio Belálcazar, y las piernas tan bonitas de las muchachas que vivían en esas lomas. ¡Mucho ejercicio! -dice sonriendo. A los cinco años se vino a vivir a Cali, con su hermana Filia, de seis años, y su madre. La última vez que Inés vio a su padre tenía cuatro años: - Lo recuerdo corno si fuera ayer, ese beso y ese abrazo fue algo tan especial, me hizo sentir tan protegida. En Cali les tocó muy duro y mientras la madre de Inés trabajaba, ellas se quedaban solas en casa. Rosalba, la madre de Inés, tenía un bar de prostitutas y ella misma lo administraba. Por tanto trabajaba todas las noches, mientras las niñas se quedaban jugando. A Inés nunca le gustaron las muñecas, prefería más bien las bolas, el escondite, la pelea. Para lo único que le gustaban las muñecas era para dañarlas, para jugar al doctor o para escondérselas a su hermana Filia. Por las noches cuando Rosalba se iban a trabajar Inés y Filia se iban para la calle a jugar hasta las 110 12 de la noche, pero no hacían nada malo. - Éramos tan unidas e inocentes -dice sonriendo con nostalgia. Un día cualquiera se llevaron a Filia a vivir a un convento y después de un tiempo se la llevaron para Manizales donde una tía. -La dejé de ver por muchos años, la extrañé mucho. Desde entonces y hasta hoy Filia no ha podido perdonar a su madre y si en algún momento llegan a hablar siempre terminan peleando. Tiempo después Rosalba resultó en embarazo, y su nuevo esposo se fue a vivir con ellas. -Ahí empezó mi calvario, nunca había visto algo semejante.