Editorial Nova et Vetera octubre 2015

Relato por parte del Rector José Manuel Restrepo Abondano, a cerca de uno de sus antecesores, el Colegial y Rector don Lorenzo María Lleras en el descubrimiento del retrato donado por sus descendientes directos Claudia Gaitán de Caballero y Susana Caballero Gaitán. "Antes de referirme a quien,...

Full description

Autores:
Tipo de recurso:
Fecha de publicación:
2015
Institución:
Universidad del Rosario
Repositorio:
Repositorio EdocUR - U. Rosario
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.urosario.edu.co:10336/37820
Acceso en línea:
https://doi.org/10.48713/10336_37820
https://repository.urosario.edu.co/handle/10336/37820
Palabra clave:
Colegial y Rector don Lorenzo María Lleras
Historias inéditas de sucesos en la Universidad del Rosario
Historias de la Universidad del Rosario
Publicaciones en serie generales
Rights
License
Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.5 Colombia
Description
Summary:Relato por parte del Rector José Manuel Restrepo Abondano, a cerca de uno de sus antecesores, el Colegial y Rector don Lorenzo María Lleras en el descubrimiento del retrato donado por sus descendientes directos Claudia Gaitán de Caballero y Susana Caballero Gaitán. "Antes de referirme a quien, como dice el mármol, fuera educador insigne y egregio Rector de esta Institución y de agradecer debidamente la donación que de su magnífico retrato ha hecho la familia Caballero Gaitán, debo narrarles un hecho hasta ahora rigurosamente inédito: por esos avatares de la política, casi siempre difíciles de explicar, durante el siglo XIX el Colegio del Rosario, al lado de la tarea educativa que le había señalado el fundador Fray Cristóbal de Torres, se vio obligado a realizar otra: -menos grata y, con el perdón de los banqueros y con la venia de Santo Tomás de Aquino, menos honrosa- el préstamo de dinero a interés. En diciembre de 1825, siendo Rector del Claustro el doctor Juan Fernández de Sotomayor, ese clérigo rebelde que se atrevió a escribir y a difundir un Catecismo que impugnaba la dominación española, recibió la visita de un vecino del barrio de la Catedral quien le solicitó un crédito por la suma de 500 pesos, pagadero en cuatro años y con intereses anuales de 250 pesos o sea el 5%. Como “a buen pagador no duelen prendas” el visitante, un comerciante peninsular, ofreció en hipoteca su casa de habitación de tapia y teja baja, en la calle de la Calendaria, “haciendo esquina, la cual había reedificado en la que había antigua que compró al Señor Pedro Casís”, garantía sobre la cual el Fiscal dice que: “siendo como es la casa que por especial hipoteca se ofrece es de muy excesivo valor a los 500 pesos que se solicitan a reconocimiento sobre ella, y hallándose enteramente libre de gravamen, ningún inconveniente ocurre ni ocurrir puede, para que se den los dichos 500 pesos al pretendiente.....”.