El cuidado como derecho autónomo: ¿Hacia dónde vamos?

En Latinoamérica, el cuidado ha sido progresivamente reconocido como derecho tanto en instancias judiciales, como a nivel legislativo y regional. Sumado a ello, los estereotipos de género, perpetrados por el régimen familista del cuidado que ha sido establecido en la mayoría de países de latinoaméri...

Full description

Autores:
Tipo de recurso:
Fecha de publicación:
2025
Institución:
Universidad del Rosario
Repositorio:
Repositorio EdocUR - U. Rosario
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.urosario.edu.co:10336/45399
Acceso en línea:
https://repository.urosario.edu.co/handle/10336/45399
Palabra clave:
Cuidado
Derecho
Cuidador
Estereotipos de género
Sujetos y grupos de especial protección
Care
Right
Carer
Gender stereotypes
Subjects and groups of special protection
Rights
License
Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International
Description
Summary:En Latinoamérica, el cuidado ha sido progresivamente reconocido como derecho tanto en instancias judiciales, como a nivel legislativo y regional. Sumado a ello, los estereotipos de género, perpetrados por el régimen familista del cuidado que ha sido establecido en la mayoría de países de latinoamérica, han marginado las tareas de cuidado al ámbito meramente doméstico, atribuido tradicionalmente a la mujer. Ello ha implicado la existencia de una discusión sobre el estatus jurídico que debería serle atribuido (o no) al cuidado, para efectos de su protección material y efectiva. Países latinoamericanos como Colombia y Argentina han presentado claros avances hacia la protección reforzada del cuidado, esto es, a través del reciente reconocimiento del cuidado como derecho autónomo. No obstante, evaluar las consecuencias de ello frente a las siguientes reflexiones, resulta menester: ¿qué personas necesitan de cuidado? ¿las labores de cuidado cuentan con un límite temporal? ¿Quién o quiénes deberían ser las personas o entidades encargadas de brindar este servicio? Estos interrogantes surgen a raíz de que el cuidado es necesario por lo menos en etapas de la vida que resultan ser ineludibles, a saber, la infancia y la vejez. Por lo tanto, las labores de cuidado deberán ser analizadas como indispensables y a largo plazo.