El misterio de las atmósferas planetarias
Esferas de colores que navegan majestuosamente en medio de un firmamento eternamente negro, los planetas de nuestro Sistema Solar tienen la capacidad de sorprendernos constantemente. Una de las características más subyugantes y menos estudiadas de estos mundos, aún extraños, es su tremenda variedad...
- Autores:
- Tipo de recurso:
- Fecha de publicación:
- 2015
- Institución:
- Universidad del Rosario
- Repositorio:
- Repositorio EdocUR - U. Rosario
- Idioma:
- spa
- OAI Identifier:
- oai:repository.urosario.edu.co:10336/37709
- Acceso en línea:
- https://doi.org/10.48713/10336_37709
https://repository.urosario.edu.co/handle/10336/37709
- Palabra clave:
- Sistema Solar
Atmósferas planetarias
Trazos geológicos
Astronomía
Astronomía & ciencias afines
Solar system
Planetary atmospheres
Geological traces
Astronomy
- Rights
- License
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Summary: | Esferas de colores que navegan majestuosamente en medio de un firmamento eternamente negro, los planetas de nuestro Sistema Solar tienen la capacidad de sorprendernos constantemente. Una de las características más subyugantes y menos estudiadas de estos mundos, aún extraños, es su tremenda variedad de atmósferas. Y es que, cuando la mayoría de nosotros pensamos en planetas o lunas, nos imaginamos su superficie, sus trazos geológicos, su ausencia o presencia de formas de vida, y hasta el interior de su núcleo. Pero desechamos la atmósfera porque damos por sentado que casi ninguno de ellos tiene una. No obstante, existen diferentes ‘personalidades’ de atmósferas planetarias, que van desde delgadas capas de cebolla, hasta gruesas mantas de invierno, compuestas de distintas combinaciones de gases. Por ejemplo, la Tierra y Venus tienen más o menos el mismo tamaño y masa, y sin embargo la superficie de Venus hierve a 460 grados centígrados bajo un océano de dióxido de carbono que se cierne sobre ella, con un peso comparable al de un kilómetro de agua. Marte también tiene una atmósfera que es principalmente dióxido de carbono, pero es extremadamente delgada y sujeta a vientos huracanados. Por su parte, los planetas gigantes de gas -Júpiter, Saturno, Neptuno y Urano, están agobiados por pesadas capas de hidrógeno, helio, metano y amoníaco. Y aunque Callisto y Titán, las lunas de Júpiter y Saturno, son de un tamaño similar una de la otra, Titán exhibe una atmósfera rica en nitrógeno, mientras que su gemela Callisto esencialmente no tiene aire |
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