La victimología del delito

Es aquí en donde empezamos a entrar en nuestro estudio, que trata, precisamente, sobre las relaciones entre la víctima y victimario y las relaciones que producen la confusión de los victimarios con su victimas y la equivalencia de esas calidades. Desde el punto de vista popular, es decir, en sentido...

Full description

Autores:
Gómez B., Dahiana Alexis
Aguilar Mosquera, Shirley
Tipo de recurso:
Trabajo de grado de pregrado
Fecha de publicación:
2009
Institución:
Universidad Cooperativa de Colombia
Repositorio:
Repositorio UCC
Idioma:
OAI Identifier:
oai:repository.ucc.edu.co:20.500.12494/5656
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/20.500.12494/5656
Palabra clave:
Delitos
Pareja penal
Victimologia
TG 2009 DER 5656
Rights
closedAccess
License
http://purl.org/coar/access_right/c_14cb
Description
Summary:Es aquí en donde empezamos a entrar en nuestro estudio, que trata, precisamente, sobre las relaciones entre la víctima y victimario y las relaciones que producen la confusión de los victimarios con su victimas y la equivalencia de esas calidades. Desde el punto de vista popular, es decir, en sentido común, el criminal y la victima son radicalmente diferentes; desde el punto de vista jurídico esto es verdadero, aunque hay algunas excepciones. La ley distingue con toda claridad al atacante de la victima. Pero en realidad esta relación puede ser, y a menudo lo es, de estrecha intimidad, de modo que los papeles se invierten y la victima pasa a ser el agente determinante, mientras que el victimario se convierte en victima de sí mismo. La relación delincuente víctima de una forma criminológica, es necesario integrarla en el conjunto del delincuente y su esfera social. Una visión parcial de la víctima o el autor debe necesariamente conducir a resultados parciales. Es necesario abarcar la relación delincuente-victima como una unidad. El asesinado no es irresponsable de su asesinato. Y el robado no es inculpable de haber sido robado. El justo no es inocente de los actos del malvado. Es más, el delincuente es a menudo la victima del injuriado. Y el condenado es, con frecuencia, quien carga la cadena del inocente inmaculado.