Fortaleciendo procesos de atención y memoria en discapacidad cognitiva

Son varios planteamientos teóricos que se han encargado por más de 20 años de investigar para aportar en la definición de retraso mental y llegar a lo que hoy conocemos como discapacidad cognitiva o intelectual. Hasta 1980, lo que se llamaba deficiencia mental se consideraba como una categoría homog...

Full description

Autores:
Cifuentes Riaño, Camilo Octavio
Forero Moreno, Heidy Milena
Urrego Pinzón, Marcela Johana
Tipo de recurso:
Trabajo de grado de pregrado
Fecha de publicación:
2015
Institución:
Universidad Cooperativa de Colombia
Repositorio:
Repositorio UCC
Idioma:
OAI Identifier:
oai:repository.ucc.edu.co:20.500.12494/13176
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/20.500.12494/13176
Palabra clave:
Discapacidad cognitiva leve
Procesos de atención
Procesos de memoria
Estimulación cognitiva
TG 2015 PSI 13176
Mild Cognitive Disability
Attention processes
Memory processes
Cognitive stimulation
Rights
openAccess
License
Atribución
Description
Summary:Son varios planteamientos teóricos que se han encargado por más de 20 años de investigar para aportar en la definición de retraso mental y llegar a lo que hoy conocemos como discapacidad cognitiva o intelectual. Hasta 1980, lo que se llamaba deficiencia mental se consideraba como una categoría homogénea y no se le hacía ninguna distinción entre los diversos tipos de retraso mental. (Sarasón, 2006). El concepto de retraso mental es una de las denominaciones diagnósticas más antiguas con la que se calificaba a todas aquellas personas que presentaban dificultades en la adaptación al medio, por alteraciones en el funcionamiento neurológico. Como categoría diagnóstica, el retraso mental abarca una serie bastante amplia de síntomas y manifestaciones de tipo comportamental, adaptativo y de desempeño, que lo dificultan tanto en el proceso de identificación como de intervención. Por ello, según Verdugo (2003) hace referencia a que “la neurobiología, la psicología, las ciencias del desarrollo y el comportamiento, han tratado durante años de identificar componentes básicos que permitan caracterizar el cuadro clínico y establecer con claridad patrones de evaluación y atención oportuna”. Pero todos los esfuerzos han hecho que estas investigaciones sean poco aceptadas, pues se trata de un ejercicio en el que juegan un sin fin de variables, concepciones, actitudes y prácticas, sin mencionar los aspectos éticos y de procesos de intervención, que impiden tomar decisiones que se mantengan y tengan trascendencia en la calidad de vida de estas personas. En 1992 la concepción del retraso mental propuesta por la Asociación Americana de Retardo Mental (AARM) debido a que fue calificada como un cambio de paradigma (Verdugo, 2003). Abandonando la concepción psicométrica descartando que el retraso mental fuera un rasgo absoluto del individuo y se destacó el papel que desempeña el ambiente, señalando que la persona con retraso mental debe ser entendida por la interacción que establece con su ambiente.