Aproximaciones a la comprensión de la conducta pacífica en jóvenes escolares: una perspectiva desde la psicología positiva

Propósito: reflexionar y postular conceptos, categorías y estrategias para el desarrollo de la conducta pacífica, especialmente en niños y jóvenes, tanto en la educación como en la investigación, desde la psicología positiva, en cuanto a conductas saludables que promoverán una nueva cultura de paz....

Full description

Autores:
Ferrel-Ortega, Fernando Robert
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
2015
Institución:
Universidad Cooperativa de Colombia
Repositorio:
Repositorio UCC
Idioma:
spa
OAI Identifier:
oai:repository.ucc.edu.co:20.500.12494/9590
Acceso en línea:
https://revistas.ucc.edu.co/index.php/pe/article/view/1225
https://hdl.handle.net/20.500.12494/9590
Palabra clave:
Rights
openAccess
License
Derechos de autor 2016 Pensando Psicología
Description
Summary:Propósito: reflexionar y postular conceptos, categorías y estrategias para el desarrollo de la conducta pacífica, especialmente en niños y jóvenes, tanto en la educación como en la investigación, desde la psicología positiva, en cuanto a conductas saludables que promoverán una nueva cultura de paz. Tema: la importancia de la teoría del aprendizaje social de Albert Bandura y los aportes recientes de Richard Tremblay sobre el aprendizaje de la conducta violenta y pacífica en la primera infancia; también la reflexión sobre la educabilidad de la conducta pacífica prosocial desde una postura crítica, que cuestiona la aprobación social de la violencia por el statu quo. Desarrollo: la conducta violenta de uno o varios individuos, orientada a hacer daño a otras personas, es una preocupación constante en las ciencias sociales y humanas, así como en el individuo, la sociedad y el Estado. Hasta la fecha, las investigaciones acerca de los factores causales y el control y manejo de sus consecuencias se han orientado a sancionar, castigar e impedir la conducta violenta, sin preocuparse por descubrir y moldear aquella conducta que los seres humanos necesitan para vivir como tales, en sana convivencia, denominada aquí “conducta pacífica”, comportamiento opuesto a la conducta violenta. Conclusiones: el aprendizaje de la conducta pacífica tendría como consecuencia la sana convivencia social y el desarrollo humano saludable, dialogante y solidario, de manera que esto lleve al individuo a practicar relaciones interpersonales y sociales saludables y felices, como recursos que le dan sentido a la vida humana en todas sus actividades.