La moral del funcionario público.

Al funcionario público le compete el manejo de las cosas comunes, el patrimonio espiritual, el patrimonio moral, el patrimonio económico, el patrimonio de posibilidades de todo un pueblo, a nosotros nos compete esta importantísima tarea de hacer que este patrimonio de verdad cumpla con las funciones...

Full description

Autores:
Alvarado, Luis Felipe
Universidad Cooperativa de Colombia
Tipo de recurso:
Article of journal
Fecha de publicación:
1985
Institución:
Universidad Cooperativa de Colombia
Repositorio:
Repositorio UCC
Idioma:
OAI Identifier:
oai:repository.ucc.edu.co:20.500.12494/47818
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/20.500.12494/47818
Palabra clave:
Servicio de utilidad pública
Función pública
Funcionario público
Public utility service
Public function
Civil servant
Rights
openAccess
License
Atribución – No comercial
Description
Summary:Al funcionario público le compete el manejo de las cosas comunes, el patrimonio espiritual, el patrimonio moral, el patrimonio económico, el patrimonio de posibilidades de todo un pueblo, a nosotros nos compete esta importantísima tarea de hacer que este patrimonio de verdad cumpla con las funciones para las cuales esa misma sociedad nos encomendó a nosotros su manejo por lo tanto nace aquí una de las principales cualidades del funcionario público, cualidad de la que debe tener conciencia profunda. La confianza es una virtud de tal naturaleza que quien la ostenta debe sentir de sentirse orgulloso de llevarla, la confianza que se manifiesta en decirle a una persona usted es capaz, usted es leal, usted es honesto, por esta razón puede desempeñar esta función por esta razón en sus manos podemos colocar el manejo de nuestros recursos. Quién detenta autoridad necesariamente debe tener otra gran virtud y es la honestidad, ahora se habla de que estamos en una crisis de honestidad, aparece en todas partes: en las altas esferas del gobierno, en los mandos medios, de la administración, entre nuestros guardianes de cárceles, en los despachos públicos, etc. Cuando decimos que el país ha perdido el valor fundamental de la honestidad estamos diciendo que el país ha perdido ni más ni menos que la honradez, la decencia, el decoro, la dignidad, el equilibrio para dirigir, cuando una persona pierde su honradez pierde su decencia y en este sentido y por lo tanto su capacidad de ser un buen funcionario público.