La política es todo

Ser conservador es no aceptar ninguna de estas dos formas de resignación. No nos gusta el pesimismo. Las estadísticas a vece nos agobian y amenazan destruyen la confianza. Es cuando existe el peligro de caer en la esterilidad intelectual; cuando la falta de ilusiones quebranta el ímpetu creador y ma...

Full description

Autores:
Gómez Hurtado, Álvaro
Tipo de recurso:
Contribution to the magazine
Fecha de publicación:
2000
Institución:
Universidad Cooperativa de Colombia
Repositorio:
Repositorio UCC
Idioma:
OAI Identifier:
oai:repository.ucc.edu.co:20.500.12494/51800
Acceso en línea:
https://hdl.handle.net/20.500.12494/51800
Palabra clave:
Educación
Conservatismo - Colombia
Tecnología
Empleo
Conservatism - Colombia
Technology
Employment
Education
Rights
openAccess
License
Atribución – No comercial
Description
Summary:Ser conservador es no aceptar ninguna de estas dos formas de resignación. No nos gusta el pesimismo. Las estadísticas a vece nos agobian y amenazan destruyen la confianza. Es cuando existe el peligro de caer en la esterilidad intelectual; cuando la falta de ilusiones quebranta el ímpetu creador y malogra los esfuerzos Tampoco nos gusta la demagogia, porque nos parece demasiado fácil. Prometer para no cumplir es una de las más despreciables formas de la cobardía. Porque, aunque se crea lo contrario, para ser demagogo no se necesita ser valiente. Eso de ofrecer lo de los demás en provecho propio lo puede hacer cualquiera dentro de una completa impunidad. Y lo que más nos disgusta es que la demagogia no resuelve los problemas, sino que engaña, adormece. Después de que han pasado los demagogos por una barriada, las gentes pobres quedan como adormecidas, pensando que les va a llegar una redención que se les ha prometido irre petuosamente. Después del enardecimiento pasajero sobreviene el sopor de las ilusiones A los conservadores lo que más nos indigna es que la demagogia le quite ímpetu a las reivindicaciones sociales