La política es todo
Ser conservador es no aceptar ninguna de estas dos formas de resignación. No nos gusta el pesimismo. Las estadísticas a vece nos agobian y amenazan destruyen la confianza. Es cuando existe el peligro de caer en la esterilidad intelectual; cuando la falta de ilusiones quebranta el ímpetu creador y ma...
- Autores:
-
Gómez Hurtado, Álvaro
- Tipo de recurso:
- Contribution to the magazine
- Fecha de publicación:
- 2000
- Institución:
- Universidad Cooperativa de Colombia
- Repositorio:
- Repositorio UCC
- Idioma:
- OAI Identifier:
- oai:repository.ucc.edu.co:20.500.12494/51800
- Acceso en línea:
- https://hdl.handle.net/20.500.12494/51800
- Palabra clave:
- Educación
Conservatismo - Colombia
Tecnología
Empleo
Conservatism - Colombia
Technology
Employment
Education
- Rights
- openAccess
- License
- Atribución – No comercial
Summary: | Ser conservador es no aceptar ninguna de estas dos formas de resignación. No nos gusta el pesimismo. Las estadísticas a vece nos agobian y amenazan destruyen la confianza. Es cuando existe el peligro de caer en la esterilidad intelectual; cuando la falta de ilusiones quebranta el ímpetu creador y malogra los esfuerzos Tampoco nos gusta la demagogia, porque nos parece demasiado fácil. Prometer para no cumplir es una de las más despreciables formas de la cobardía. Porque, aunque se crea lo contrario, para ser demagogo no se necesita ser valiente. Eso de ofrecer lo de los demás en provecho propio lo puede hacer cualquiera dentro de una completa impunidad. Y lo que más nos disgusta es que la demagogia no resuelve los problemas, sino que engaña, adormece. Después de que han pasado los demagogos por una barriada, las gentes pobres quedan como adormecidas, pensando que les va a llegar una redención que se les ha prometido irre petuosamente. Después del enardecimiento pasajero sobreviene el sopor de las ilusiones A los conservadores lo que más nos indigna es que la demagogia le quite ímpetu a las reivindicaciones sociales |
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