El delito político
El delito político está ligado al desarrollo histórico de los pueblos y sus luchas. En la mayoría de las constituciones, desde la Revolución Francesa, ha sido consagrado. Pero toda Constitución, hasta la más perfecta, es un texto que cambian de acuerdo a como cambie y evolucione la misma sociedad, d...
- Autores:
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Martínez Giraldo, María Clara
Montoya Montoya, Johnny Alex
Ramírez Echeverry, Julián Jovani
- Tipo de recurso:
- Trabajo de grado de pregrado
- Fecha de publicación:
- 2006
- Institución:
- Universidad Cooperativa de Colombia
- Repositorio:
- Repositorio UCC
- Idioma:
- OAI Identifier:
- oai:repository.ucc.edu.co:20.500.12494/4628
- Acceso en línea:
- https://hdl.handle.net/20.500.12494/4628
- Palabra clave:
- Delitos políticos
Colombia
Historia
TG 2006 DER 4628
- Rights
- closedAccess
- License
- http://purl.org/coar/access_right/c_14cb
Summary: | El delito político está ligado al desarrollo histórico de los pueblos y sus luchas. En la mayoría de las constituciones, desde la Revolución Francesa, ha sido consagrado. Pero toda Constitución, hasta la más perfecta, es un texto que cambian de acuerdo a como cambie y evolucione la misma sociedad, de acuerdo a como el soberano mismo asuma (el poder) lo que es su razón de ser. Desde el punto de vista de sus móviles, el delito político se diferencia del delito común en que el sujeto(s) que lo lleva acabo, está guiado por una concepción filosófica nueva de la vida, del mundo y de la sociedad, distinta de la del Estado que confronta. Y quien(es) para materializar su ideal, conseguir sus objetivos políticos, utiliza(n) métodos que no son aceptados por quienes gobiernan. Clase, monarca, tirano o dictador. El delincuente político busca, Mejorar las formas políticas y las condiciones de vida de las mayorías, por lo tanto no es un ser peligroso para la sociedad. El delincuente político está guiado por una concepción ideológica, inspirado en principios morales, éticos y altruistas en su meta de construir una sociedad nueva, así para ello tenga que romper con esquemas, statu quo, A costa de ser considerado un delincuente o morir en el intento. Desde la antigua Roma, se consideró como delito político decapitar, quemar o destruir la estatua del emperador, irrespetar las imágenes imperiales, hasta esculpir una estatua de mayor altura que las dedicadas al César. Al crimen de majestatis, como se le conocía, se le fueron agregando otras formas como la sedición contra la seguridad pública, siempre y cuando se demostrara que detrás de ésta había una intención dolosa. |
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